MADRID 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con cáncer pueden beneficiarse de sesiones terapéuticas musicales o escuchando música. Una nueva reseña sistemática del Instituto Cochrane muestra cómo el uso de la música puede reducir la ansiedad en pacientes con cáncer, y también tener efectos positivos sobre el estado de ánimo, el dolor y la calidad de vida.
La música y la musicoterapia se utilizan en una amplia gama de entornos clínicos. Los tratamientos van desde hacer que los pacientes escuchen música pregrabada, a que los musicoterapeutas involucren a los pacientes en experiencias musicales para mejorar su bienestar psicológico y físico. En la revisión, los investigadores se centraron en ensayos con pacientes con algún tipo de cáncer, a los que se les ofreció escuchar música o participar en sesiones de musicoterapia.
Los científicos analizaron datos de 1.891 pacientes que participaron en 30 ensayos. En 13 de los ensayos involucraron a terapeutas entrenados, mientras que en los restantes 17 ensayos los pacientes escuchaban música pregrabada. El tiempo y la frecuencia con los que los pacientes participaron en las sesiones variaron mucho entre los ensayos. Los resultados han mostrado que, en comparación con los tratamientos estándar, la música reduce la ansiedad considerablemente, aunque algunas pruebas reflejaron efectos mucho más beneficiosos que otras.
Los resultados también han sugerido que la musicoterapia puede mejorar la calidad de vida del paciente y que beneficia el estado de ánimo y el dolor, aunque no la depresión. Otros pequeños efectos beneficiosos incluyen mejoras en la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial.
"La evidencia sugiere que las intervenciones musicales pueden ser útiles como tratamiento complementario en las personas con cáncer", afirma el investigador principal Joke Bradt del Department of Creative Arts Therapies en la Universidad de Drexel (Philadelphia, Estados Unidos). "Las intervenciones musicales proporcionadas por musicoterapeutas capacitados, así como escuchar música pregrabada, han mostrado resultados positivos en esta revisión, pero en este momento no hay pruebas suficientes para determinar si una intervención es más efectiva que la otra", añade Bradt.
Los investigadores señalan que la calidad de la evidencia de algunos de los resultados fue baja debido al reducido número de ensayos que se han llevado a cabo. Se necesitan ensayos adicionales para aumentar la certeza de los resultados y mejorar la comprensión del impacto de la música sobre el estrés emocional, la imagen que se tiene del propio cuerpo, y otros aspectos.