MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El departamento de Defensa de Estados Unidos va a financiar una investigación para encontrar nuevas opciones terapéuticas contra el cáncer de próstata avanzado, la cual va a ser realizada por un consorcio de investigadores integrado por la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer de Próstata del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) de Barcelona y el Laboratorio de Genética de Tumores Sólidos de la Universidad de Washington (EEUU).
En concreto, el consorcio va a recibir aproximadamente 1,76 millones de euros (2 millones de dólares) para llevar a cabo este proyecto, de una duración de 3 años, en el que se tratará de identificar a los pacientes que responden peor a la terapia mediante el desarrollo de nuevos marcadores predictores de la respuesta a tratamientos y, a través de un ensayo clínico, comprobar si una terapia que funciona para otros tipos tumorales, como mama y ovario, podría ser también eficaz para los pacientes con cáncer de próstata avanzado que presenten estos marcadores.
En concreto, los investigadores estudiarán patrones genéticos y moleculares que se asocien a los defectos en los mecanismos de reparación del ADN, es decir, si las células de sus tumores reparan correctamente o no los errores que se producen en su material genético.
"Nuestra línea de trabajo siempre se ha enfocado en estos mecanismos. Es una aproximación que está dando buenos resultados en la investigación del cáncer de próstata", ha explicado la investigadora de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del CNIO, Elena Castro.
De hecho, los expertos esperan que estos tumores respondan a terapias con carboplatino, un fármaco "eficaz" en tipos tumorales que muestran esta clase de defectos, como el de mama y ovario. "Estas terapias funcionan impidiendo que las células reparen los defectos de su ADN. Debido a que las células tumorales tienen muchos más defectos genéticos que las células normales, estos fármacos son muy efectivos para provocar su colapso y muerte", ha añadido el jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del CNIO, David Olmos.
En la primera parte de este proyecto, se estudiarán las muestras de tumores recogidas a los pacientes que participaron en 'Prorepair-B', el primer estudio prospectivo realizado hasta la fecha a nivel mundial en pacientes con cáncer de próstata avanzado que portan mutaciones heredables. Este trabajo, coordinado desde el CNIO, ha hecho un seguimiento de más de 400 pacientes desde 2013, para analizar si sus genes de reparación del daño del ADN tienen alteraciones genéticas heredadas y cómo afectan estas a la respuesta a los tratamientos.
Ahora, se secuenciarán estas muestras para verificar cómo se comportan las alteraciones de estos genes que no son heredadas y ocurren solo en el tumor. A continuación, el equipo de VHIO, liderado por Joaquín Mateo, buscará biomarcadores para los defectos de reparación del ADN en estos pacientes, ya que estos defectos no siempre están originados por una mutación genética heredada.
INVESTIGAR PATRONES BIOLÓGICOS QUE SE ASOCIEN A PATRONES CLÍNICOS
"En los últimos años, hemos demostrado que un número importante de pacientes con cáncer de próstata avanzado desarrollan defectos de reparación del ADN en sus tumores, aunque no haya una mutación heredada. Además, sabemos que algunos tumores tienen comportamientos similares a los que tienen estas mutaciones, aunque no las identifiquemos. Así pues, queremos investigar patrones biológicos que se asocien a patrones clínicos, y para ello estudiaremos estos tumores integrando diferentes herramientas en el laboratorio", ha comentado Mateo.
Por último, el equipo del CNIO, con apoyo de VHIO y otros centros españoles, llevarán a cabo un ensayo clínico para confirmar si las terapias con carboplatino podrían ser eficaces en cáncer de próstata avanzado. "Sabemos que el carboplatino funciona muy bien en tumores con defectos de reparación del ADN por pacientes de mama y ovario, y en próstata se presupone, pero no se sabe con seguridad", ha apostillado Olmos.
Sin embargo, prosigue, en lugar de seleccionar a los pacientes en base a si tienen mutaciones genéticas que podrían provocar defectos de reparación, como se suele hacer, en el nuevo trabajo se van a seleccionar a los participantes utilizando los biomarcadores detectados previamente, ya que, a juicio de los expertos, esto puede ser "más fiable" a la hora de determinar la eficacia del tratamiento.
"Es decir, seleccionaremos a los pacientes en función de si su tumor repara su ADN o no, independientemente de cómo sea su perfil genético", ha recalcado Olmos, para informar de que "otra ventaja" radica en que se trata de una terapia económica y de fácil acceso.
De la misma opinión se ha manifestado el doctor Mateo, quien ha argumentado que al tratarse de un fármaco ya aprobado y utilizado rutinariamente para otros tipos tumorales, como cáncer de mama y ovario, el camino del carboplatino hasta la clínica para beneficiar a los pacientes de cáncer de próstata sería mucho más corto de lo habitual. "Existe poca experiencia con el uso de este fármaco en el cáncer de próstata, pero hasta la fecha es prometedora. Con este estudio buscamos poder confirmarlo", ha zanjado.