MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un fármaco derivado del curry amarillo podría ayudar al organismo a reparar alguno de los problemas que sufre un paciente tras sufrir un ictus. Así lo afirman investigadores del Cedars-Sinai Medical Center, en Estados Unidos, quienes se preparan para iniciar ensayos clínicos tras los prometedores resultados logrados en conejos, en los que el fármaco redujo los problemas musculares y de movimiento.
Este condimento se ha utilizado durante décadas en la medicina tradicional ayurvédica de la India y diversos estudios sugieren que uno de sus componentes, la curcumina, podría tener varias propiedades beneficiosas para el organismo. Sin embargo, la curcumina no puede traspasar la barrera sangre-cerebro que protege el cerebro de moléculas potencialmente tóxicas.
Sin embargo, estos investigadores han modificado la curcumina para conseguir una nueva versión, CNB-001, que es capaz de superar la barrera que protege el cerebro. Los resultados de los test de laboratorio, que se realizaron en conejos y fueron anunciados en una conferencia sobre ictus, sugieren que esta sustancia podría ser efectiva hasta tres horas después de un ictus en humanos, casi la misma ventana de tiempo disponible para los actuales anticoagulantes.
Paul Lapchak, director de este trabajo, dijo en declaraciones a la 'BBC' recogidas por Europa Press, que este fármaco parece tener efecto sobre "varios mecanismos críticos" que ayudan a mantener vivas las neuronas tras un ictus.
Aunque los ictus matan a las células cerebrales privándolas de sangre oxigenada, esto activa una cadena de reacciones que puede afectar el área dañada, aumentando e nivel de discapacidad de estos pacientes.
El doctor Lapchak dice que CNB-001 parece poder reparar cuatro 'vías de señalización' que ayudan a avivar la destrucción de las células del cerebro.