MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
La anatomía del cerebelo e hipocampo podría predecir las capacidades lingüísticas de los niños de un año de edad, según investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos), quienes han realizado un estudio que ha sido publicado en 'Brain and Language'.
"El cerebro del bebé tiene una infinidad de secretos esperando a ser descubiertos, y éstos nos mostrarán por qué los niños aprenden idiomas como esponjas, superando nuestras habilidades como adultos", ha asegurado la co-autora del estudio Patricia Kuhl, co-directora del Instituto de Ciencias del Aprendizaje y Cerebro de la Universidad de Washington.
Para la otra autora, Dilara Deniz Can, también de la Universidad de Washington, "la infancia puede ser la fase más importante del desarrollo postnatal del cerebro en los humanos". "Nuestros resultados muestran estructuras cerebrales vinculadas a la capacidad lingüística. Es un primer paso hacia el examen del comportamiento en niños pequeños con retrasos lingüísticos, psicológicos y sociales", ha resumido.
En el estudio, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética para medir la estructura del cerebro de 19 niños y niñas que contaban con 7 meses de edad. Los investigadores utilizaron una medida llamada morfometría basada en voxel para determinar la concentración de materia gris y blanca.
Cuando los niños tenían alrededor de 1 año regresaron al laboratorio para realizar prueba de idioma que incluyo balbuceos, reconocimiento de nombres conocidos y capacidad para producir diferentes tipos de sonidos.
"A esta edad, los niños no suelen decir muchas palabras", ha señalado Deniz Can. "Así que contamos con balbuceos y la capacidad de comprender el lenguaje como una señal de dominio del lenguaje temprano", ha precisado.
Los resultados demuestran que los bebés con una mayor concentración de materia gris y blanca en el cerebelo y el hipocampo tienen una mayor capacidad de lenguaje. En general, el cerebelo está relacionado con el aprendizaje motor, mientras que el hipocampo se reconoce comúnmente como un procesador de memoria.
"Saber qué regiones del cerebro están vinculados con este aprendizaje temprano podría ayudar a identificar a niños con discapacidades del desarrollo y ofrecerles intervenciones tempranas que les orienten hacia una senda de desarrollo típico", ha señalado.