Las emociones juegan un papel más determinante en la salud en los países en desarrollado

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EUROPA PRESS/COLMENARVIEJO
Actualizado: lunes, 11 marzo 2013 18:06

MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) ha corroborado la relación entre las emociones positivas y una buena salud y ha mostrado que este vínculo puede ser aún más determinante en los países en desarrollo que en los países "ricos", según informa la revista 'Psychological Science'.

El estudio es el primero en examinar la relación emoción-salud en una muestra representativa de 150.000 personas de 142 países, ya que las investigaciones anteriores sobre el tema se habían limitado a los países industrializados.

"Hemos querido evaluar el impacto de las emociones en la salud en los lugares donde las personas se enfrentan a preocupaciones como hambrunas, falta de vivienda e inseguridad, de modo que condicionen su bienestar", según ha reconocido Sarah Pressman, profesora de Psicología y autora principal del estudio.

Para ello, utilizaron datos de la Encuesta Mundial de Gallup, en la que los investigadores observaron si los participantes habían informado de situaciones de placer, amor, felicidad, preocupación, tristeza, estrés, aburrimiento, depresión o ira al hablar del día anterior.

También midieron la salud física y el grado en el que las necesidades básicas de los participantes se cumplieron. La seguridad se midió al preguntar si los participantes se sintieron seguros caminando solos por la noche o si les habían robado, asaltado o robado.

De este modo, y en contra de lo esperado, los investigadores encontraron que la relación entre las emociones positivas (placer, amor, felicidad) y la salud es más fuerte en los países con un menor producto interno bruto (PIB).

Así, los habitantes de Malawi, donde el PIB per cápita es de unos 900 dólares (unos 690 euros), muestran una conexión más sólida entre las emociones positivas y la salud que los habitantes de Estados Unidos, donde el PIB per cápita es de unos 49.800 dólares (unos 38.200 euros).

"La diferencia", explica Pressman, es que "un americano cabreado con hipertensión puede disminuir su presión arterial con su medicación, y un habitante de Malawi no", dijo Pressman.