MADRID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Dos pesticidas, rotenona y paraquat, podrían estar vinculados con el Parkinson, pues las personas que utilizaron alguno de estos productos desarrollaron esta enfermedad unas 2,5 veces más a menudo que los que no las emplearon.
Así se desprende de un estudio realizado por investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Medioambiental (NIEHS, por sus siglas en inglés), dependiente de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos; del Instituto del Parkinson y del Centro Clínico de Sunnyvale, en California. Los resultados salen publicados en la edición 'on line' de 'Environmental Health Perspectives'.
Según la investigadora Freya Kamel, del programa intramural del NIEHS y coautora de este trabajo, "rotenona inhibe directamente la función de la mitocondria, la estructura responsable de fabricar energía en la célula".
Por su parte, añade, "paraquat incrementa la producción de ciertos derivados del oxígeno que pueden dañar estructuras celulares". "La gente que utiliza estos pesticidas u otros con un mecanismo de acción similar son más propensos a hacer que se desarrolle la enfermedad de Parkinson".
Para probarlo, los autores de este trabajo estudiaron a un total de 110 personas con Parkinson y a 358 parejas de control del Estudio 'Farming and Movement Evaluation' (FAME). El objetivo era analizar la relación entre el Parkinson y la exposición a pesticidas u otros agentes tóxicos para los tejidos nerviosos.
FAME es un estudio que forma parte de otro mayor, el Estudio de Salud Agricultural, un trabajo sobre agricultura y salud desarrollado en cerca de 90.000 aplicadores de pesticida autorizados y sus parejas. Los investigadores diagnosticaron Parkinson, de acuerdo con especialistas en desórdenes del movimiento, y valoraron su uso durante toda la vida a través de entrevistas.
En la actualidad, ninguno de estos dos pesticidas se utilizan en jardines o residencias privadas. El uso de paraquat se ha limitado durante mucho tiempo a aplicaciones certificadas, en gran medida por las sospechas --basadas en estudios en animales-- de que elevaba el riesgo de Parkinson. Por su parte, el empleo de rotenona como pesticida contra las especies de peces invasivas es, en estos momentos, el único uso permitido de esta sustancia.
Según la directora de investigación clínica del Instituto de Parkinson y del Centro Clínico de Sunnyvale, Caroline Tanner, líder de este trabajo, "estos descubrimientos ayudan a entender los cambios biológicos que subyacen en la enfermedad de Parkinson". "Esto puede tener importantes implicaciones para el tratamiento y en última instancia, la prevención del Parkinson", concluye.