MADRID 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Brigham and Women's Hospital de Boston, en Estados Unidos, aseguran que dormir poco o a deshoras --modificando el reloj biológico interno-- hace que el organismo tenga dificultades para controlar los niveles de azúcar en sangre, aumentando el riesgo de padecer diabetes tipo 2 u obesidad.
Estudios previos, tanto en laboratorio como epidemiológicos, ya habían demostrado este riesgo que ahora, por primera vez, se ha analizado mediante el seguimiento controlado de un grupo de 21 individuos a los que se les alteraron los patrones de sueño, simulando el efecto que causa el trabajo nocturno o el 'jet-lag', para ver cómo responde el organismo.
De este modo, y según han explicado los autores del estudio que ha publicado la revista 'Science Translational Medicine', observaron que los cambios en los patrones normales de sueño son capaces de interrumpir los procesos metabólicos del organismo.
Además, se observó que algunos de los participantes desarrollaron síntomas de diabetes a las pocas semanas, han afirmado a la BBC los investigadores.
Los 21 participantes eran individuos sanos y fueron internados en un laboratorio durante seis semanas, tiempo en que se llevó a cabo un registro sobre sus horas de sueño y se controlaron otros factores como sus actividades y la dieta.
Al inicio del estudio, todos ellos presentaban un sueño óptimo, de aproximadamente 10 horas cada noche. No obstante, acto seguido pasaron a dormir durante tres semanas una media de 5,6 horas diarias, tanto por el día como por la noche, simulando los horarios de quienes tienen un trabajo con turnos rotatorios.
Durante este tiempo vivieron en un ambiente poco iluminado para evitar que la luz normal "reiniciara" su reloj biológico y, en este periodo, los participantes intentaban dormir a una hora no acorde a su ciclo circadiano interno, el llamado reloj biológico, que regula los patrones de sueño y vigilia y muchos otros procesos del organismo.
Los científicos observaron que esta restricción prolongada del sueño y la interrupción simultánea del ritmo circadiano redujo la tasa metabólica de los participantes.
Además, durante este período, también se vio que las concentraciones de glucosa en la sangre de los participantes "se incrementaban significiativamente" después de las comidas y durante los periodos de ayuno durante el día, debido a una pobre producción de insulina en el páncreas.
De hecho, tres de los participantes mostraron niveles de azúcar tan altos después de las comidas que fueron clasificados como "prediabéticos".
TAMBIÉN SE ENCONTRÓ UN RIESGO DE INCREMENTO DE PESO
Además, y como han explicado los científicos, la reducción en la tasa metabólica --la velocidad con la que las células utilizan la energía disponible-- puede traducirse en un aumento de más de 4,5 kilos al año si no se cambian los patrones de dieta y actividad.
"Estos resultados apoyan los hallazgos de otros estudios que muestran que en personas con una condición prediabética el trabajo por turnos, que los hace permanecer despiertos en la noche, hace que aumente su riesgo de progresar hacia una diabetes, en comparación con quienes trabajan de día", ha explicado el doctor Orfeu Buxton, que dirigió el estudio.
Los expertos han destacado sin embargo que, aunque este estudio fue llevado a cabo en condiciones controladas, se ha utilizado una muestra pequeña, por lo que será necesario realizar investigaciones más amplias para confirmar los resultados.