MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos del NYU Langone Medical Center's Cancer Institute, en Estados Unidos, han detectado una serie de mutaciones genéticas que podrían estar ligadas a la resistencia y a las recaídas de la leucemia linfoblástica aguda, el cáncer infantil más común.
Según han explicado los autores en el último número de la revista 'Nature Genetics', es la primera vez que la reaparición de estos tumores se asocia a una anomalía genética, aún cuando reciben dosis muy altas de quimioterapia o reciben un trasplante de médula ósea.
Esta leucemia afecta cada año a cerca de 6.000 personas en Estados Unidos y es responsable de más de uno de cada cuatro casos de cáncer en niños, por lo que los autores de dicho hallazgo defienden que podría ayudar a los médicos a detectar precozmente las células resistentes a la quimioterapia para cambiar a una estrategia terapéutica diferente antes de que la enfermedad empeore.
Gracias a los últimos tratamientos se ha conseguido que la tasa de curación de estos pacientes se acerque a casi un 80 por ciento. En cambio, aún sigue habiendo algo más de un 20 por ciento de los afectados cuyo pronóstico es especialmente y acaban recayendo de la enfermedad.
Los investigadores sospechaban de que la reaparición de la enfermedad podía deberse a la resistencia a los medicamentos, pero los estudios realizados no confirmaron tal relación. En esta ocasión, Carroll y su equipo analizaron durante tres años varias muestras de médula ósea de pacientes pediátricos para obtener más pistas sobre la progresión de la enfermedad.
Con la ayuda del Children's Oncology Group, un consorcio multi-institucional de ensayos clínicos financiado por el Instituto Nacional del Cáncer, los investigadores analizaron la secuenciación completa del ARN de 10 niños con leucemia linfoblástica de células B, el subtipo más común de todas las leucemias.
Para cada paciente, el equipo reconstruyó la secuencia completa del ARN extraído de la médula ósea en tres momentos: el momento del diagnóstico, durante la remisión y, en caso de recidiva, algunos meses o años más tarde.
En total, el proyecto requirió que los investigadores secuencia, o explicar, a 100.000 millones de letras del ARN. Al comparar el antes y después de las secuencias, el equipo encontró que cada paciente había adquirido entre uno y seis mutaciones que cambiaban el código genético en el curso de la enfermedad.
En algunos casos, los investigadores fueron capaces de detectar estas mutaciones en un subconjunto muy pequeño (0,01 por ciento) de las muestras de tejido en el diagnóstico, lo que hace probable que estas células se expandieran por sus propiedades resistentes a los medicamentos.
20 MUTACIONES RELACIONADAS
En total, el equipo documentó 20 mutaciones relacionadas específicamente con una recaída, que previamente habían estado implicadas en todas las recurrencias. Curiosamente, dos pacientes albergaban una mutación en el mismo gen, NT5C2, que codifica una proteína que regula normalmente algunos bloques de construcción usados para construir ADN, pero también puede afectar a una clase importante de fármacos llamados análogos de purina utilizados en todos los tratamientos.
Cuando los investigadores secuenciaron el gen completamente NT5C2 en 61 casos pediátricos en los que todos los pacientes habían recidivado, encontraron cinco mutaciones más que alteran la región codificante del gen.
Otros experimentos realizados sugieren que estas mutaciones NT5C2 aumentan la actividad enzimática de la proteína, lo que hace que las células cancerosas sean más resistentes a un tratamiento de quimioterapia diseñado para forzar la apoptosis o muerte celular.
Tras estos datos, Carroll admite que ahora los médicos pueden estar mejor equipados para identificar a pacientes con probabilidad de recaída. "Tenemos la intención de probar un posible cribado mediante técnicas de secuenciación para detectar mutaciones en los genes NT5C2 u otras que indiquen una alteración relevante". Asimismo, también trabajan en nuevas terapias que puedan inhibir tales modificaciones genéticas.