MADRID 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Clínica Mayo en Rochester han desarrollado una prueba no invasiva que analiza el ADN en muestras fecales puede detectar no sólo el cáncer colorrectal sino también otros tipos comunes como el de páncreas, estómago, biliares y del esófago. Los resultados del estudio se han hecho público durante el encuentro 'Semana de la Enfermedad Digestiva', que se celebra estos días en Chicago (Estados Unidos).
Los cánceres gastrointestinales producen una de cada cuatro muertes por cáncer. Aunque se han logrado altas tasas de curación con la detección en fases tempranas de cada tipo de cáncer, sólo del colorrectal se realizan pruebas a nivel de población.
La mayoría de estas pruebas se realizan con colonoscopia invasiva pero una investigación previa de la Clínica Mayo ha mostrado que la pruebas de ADN de la materia fecal puede identificar tanto la fase inicial del cáncer como los pólipos precancerosos. Los investigadores estudian ahora la posibilidad de detectar otros tipos de cáncer del tracto gastrointestinal.
Los investigadores estudiaron a 70 pacientes con cánceres en el tracto digestivo. Junto al de colon se examinaron los cánceres de garganta, esófago, estómago, páncreas, conductos biliares, vejiga e intestino delgado para determinar las mutaciones genéticas que podían detectarse en las pruebas fecales.
Los investigadores examinaron el ADN de las células que se desechan continuamente de la superficie de estos cánceres. También estudiaron a 70 pacientes sanos. La prueba de ADN fue positiva en cerca del 70 por ciento de los cánceres digestivos pero seguía siendo negativa en todos los controles sanos, demostrando así la fiabilidad del método. Las pruebas de ADN detectaron cánceres en cada órgano donde se encontraba, incluyendo un 65 por ciento de los cánceres de esófago, un 62 por ciento de los de páncreas y un 75 por ciento de los de los conductos biliares y la vejiga. En esta serie se detectaron todos los cánceres de estómago y colorrectales. Además, la prueba de heces no difería según la fase del cáncer, los de fases más tempranas se detectaban con la misma probabilidad que los avanzados.
Según explica David Ahlquist, director del estudio, "históricamente nos aproximamos a la detección del cáncer de órgano en órgano. La prueba de ADN fecal cambiaría la estrategia a un sistema multiorgáno que evaluaría al paciente al completo y podría abrir la vía a la detección precoz de cánceres más allá del de colon que en la actualidad no se incluyen en las pruebas generales de detección. El posible impacto de esta evolución podría ser enorme".