MADRID 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Emory y el Instituto de Tecnología de Georgia, ambos en Estados Unidos, han desarrollado un parche cutáneo para administrar vacunas que produce una mejor respuesta inmune que la tradicional aguja, según los primeros resultados de una investigación que publica en su último número la revista 'Nature Medicine'.
Este nuevo dispositivo dispone de 100 de agujas microscópicas de sólo 650 micrómetros de largo (0,065 milímetros), diseñadas para penetrar las capas superiores de la piel disolviéndose al hacer contacto con ésta. Según los investigadores, la vacuna no tiene que penetrar profundamente en la piel porque las células inmunes están presentes justo debajo de la superficie.
Las microagujas están hechas de un material polímero, llamado polivinilpirrolidona o PVP, que se disuelve en el agua y que ha demostrado ser seguro para uso en el organismo humano.
Para probar su eficacia, cargaron estos parches con una vacuna de gripe para ser administrada en ratones. Al mismo tiempo, otro grupo de roedores recibió un parche sin compuesto activo, mientras que a un tercer grupo se les vacunó con agujas hipodérmicas tradicionales.
Tres meses después, cuando los animales fueron infectados con el virus de gripe, el equipo descubrió que el parche consiguió una respuesta inmune más efectiva que la inoculación estándar.
"La piel es un sitio particularmente atractivo para la inmunización porque contiene una abundancia de tipos celulares que son importantes para generar una respuesta inmune a las vacunas", explica a la BBC, en declaraciones recogidas por Europa Press, el profesor Richard Compans, de la Universidad de Emory.
Pese a que los parches sólo se han probado con esta vacuna, los resultados obtenidos atisban un futuro esperanzador, tanto que según Compans y su equipo aseguran que podría significar el fin de la necesidad de un entrenamiento médico para suministrar vacunas. Del mismo modo, esta técnica podría hacer de la vacunación un procedimiento indoloro que la gente podría llevar a cabo por si misma.
SIMPLIFICARÍA LOS PROGRAMAS DE VACUNACIÓN
También simplificaría los programas de vacunación a gran escala durante una pandemia y eliminaría los temores del uso estéril aguas hipodérmicas y el problema de su desecho, reconocen los investigadores.
De hecho, sus creadores coinciden en que esta técnica podría ser una herramienta "muy útil", sobre todo en los países en desarrollo, donde la falta de recursos e infraestructuras sanitarias favorece la reutilización de agujas hipodérmicas, una práctica que contribuye a la propagación de enfermedades como VIH y hepatitis B.
"Otra ventaja de estas microagujas es que la vacuna está presente en una fórmula seca, lo cual mejora su estabilidad durante la distribución y almacenamiento", dice la profesora Ioanna Skountzou, otra de las investigadoras.
Además, el parche no sería más costoso que las vacunas con agujas tradicionales, por lo que "la gente podría adquirirlo por correo o en una farmacia y después autoadministrárselo en casa", añade el profesor Sean Sullivan, quien dirigió el estudio en el Instituto de Tecnología de Georgia.