MADRID 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos han conseguido derivar de la piel de una mujer con una forma genética de enfermedad de Parkinson y han mostrado que replican algunas características clave del trastorno en el laboratorio. Los resultados de su trabajo se publican en la revista 'Cell Stem Cell'.
Los autores del trabajo esperan utilizar las neuronas para aprender más sobre la enfermedad y evaluar posibles tratamientos. Una herramienta de este tipo es necesaria dado que no existe un modelo animal de la enfermedad. Además, también valida el uso de las células madre pluripotentes inducidas, o células iPS, para modelar varias enfermedades.
Según explica Theo Palmer, uno de los responsables del estudio, "es la primera vez que las neuronas de un paciente de enfermedad de Parkinson han mostrado cualidades de la enfermedad en un plato de petri. Esto nos proporciona indicios de qué examinar en los pacientes que tienen diferentes mutaciones genéticas o cuando no existe una causa identificada. Al comparar neuronas de los pacientes con diferentes formas de la enfermedad podríamos encontrar aspectos comunes o diferencias que nos ayuden a optimizar tratamientos futuros para cada paciente".
Los científicos eligieron recopilar células de la piel de una mujer de 60 años con una forma genética de la enfermedad pensando que podrían tener más posibilidades de replicar los signos del trastorno con sus células que con las de alguien con una forma esporádica de Parkinson.
Los investigadores forzaron a las células iPS del paciente a desarrollarse en el tipo de neuronas que mueren en la enfermedad de Parkinson. Al principio, las neuronas parecían y actuaban de forma normal. Los científicos pudieron generar señales eléctricas, produjeron y segregaron la molécula de señalización llamada dopamina y sus perfiles de expresión genética imitaron a estas neuronas creadas a partir de las células iPS normales.
Sin embargo, tras unos 30 a 60 días, las neuronas del paciente de Parkinson comenzaron a mostrar características inusuales. Expresaron mayores niveles de genes de proteínas necesarias para combatir el estrés oxidativo, un trastorno en el que moléculas destructivas causan estragos en el ADN y las proteínas de las células, y producían en abundancia niveles elevados de una proteína implicada en cúmulos anormales de una proteína llamada cuerpos de Lewy que se encuentran en las personas con Parkinson y Alzheimer. El estrés oxidativo se ha asociado previamente con la enfermedad de Parkinson.
Los investigadores concluyeron que las neuronas de la paciente de Parkinson parecían replicar muchas de las características comunes del trastorno pero en un tiempo mucho más corto.
Los autores señalan que necesitan identificar las características anormales de las células en un tipo razonable para identificar qué es lo que provoca la degradación neuronal en el Parkinson. Además, consideran que es lógico que las condiciones de laboratorio aceleren los signos visibles del trastorno, ya que estarían ausentes los mecanismos orgánicos que protegen contra estos cambios en el organismo humano.
Los investigadores planean ahora comenzar a evaluar varios componentes para examinar si pueden proteger las neuronas, además están investigando si pueden ver signos similares de la enfermedad en las neuronas derivadas de las células iPS de pacientes con la forma no genética de la enfermedad.