CORAL GABLES (ESTADOS UNIDOS), 13 (EUROPA PRESS)
La crisis económica podría incrementar de forma significativa el consumo y abuso del alcohol. Así lo advierte un estudio realizado por el economista de la salud Michael T. French, de la University of Miami (Estados Unidos), que se publica en la edición 'on line' de la revista especializada 'Health Economics'.
Estudios anteriores aseguraban que los resultados en salud mejoraban durante un periodo de recesión. La pérdida de empleo significa disponer de menos dinero para gastar potencialmente en costumbres poco saludables, como el abuso del alcohol.
Sin embargo, este último trabajo sostiene lo contrario: que los grandes bebedores y el abuso o dependencia de la bebida aumentan de forma significativa cuando las condiciones macroeconómicas están deterioradas.
En concreto, el equipo de French ha descubierto que el 'binge drinking' o atracón de alcohol --consumir cinco o más bebidas para hombres y cuatro o más bebidas para mujeres en unas dos horas-- aumenta cuando sube la tasa de desempleo a nivel estatal. También aumenta la conducción bajo los efectos del alcohol y el abuso o dependencia de la bebida en ambos géneros y en todos los grupos étnicos.
Según French, profesor de Economía de la Salud, director del Health Economics Research Group del UM College of Arts and Sciences y principal investigador de este estudio, "el estudio es oportuno, técnicamente avanzado y original".
"Somos unos de los primeros en demostrar ésto, que aunque los ingresos bajen para la mayoría de la gente durante una crisis económica, siguen aumentando los usos problemáticos o peligrosos de la bebida", apunta.
EL DESEMPLEO AFECTA A EMPLEADOS Y PARADOS
Para demostrarlo, los investigadores analizaron datos entre 2001 y 2005, entre los que se incluyeron un importante conjunto de parámetros para medir el consumo de alcohol que no fueron revisados en estudios anteriores, como abuso y dependencia.
El artículo indica que, incluso los individuos que tienen empleo, realizan un consumo en atracón de alcohol más días y son más propensos a conducir bebidos durante un periodo de malos resultados macroeconómicos.
"La explicación de esto puede ser que, aunque los individuos empleados tienen trabajo, podrían verse afectados psicológicamente --por ejemplo, por el miedo a perderlo-- por una economía en crisis, lo que les llevaría a tener más días de borrachera y a conducir bajo la influencia del alcohol cuando la tasa de paro aumenta a nivel estatal", indica.
Otros datos interesantes de este estudio fueron que las consecuencias de las tasas de paro sobre el consumo problemático de alcohol se demostró en todos los subgrupos de población, con los afroamericanos y aquellos ciudadanos entre los 18 y 24 años soportando los mayores efectos del 'binge drinking'.
El número de niños de cada hogar y estar casado estaba relacionado de forma negativa con el abuso del alcohol y la dependencia. El 'binge drinking' es más común cuanto más elevado es el nivel de formación y los ingresos del individuo. Estos resultado sugieren que los programas contra el abuso del alcohol deberían prepararse para un incremento de la demanda de sus servicios en tiempo de crisis.