MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las personas que conocen su riesgo de padecer Alzheimer por causas genéticas al tener un antecedente en la familia no presentan más probabilidades de sufrir una depresión o una ansiedad crónica por ello, según los resultados de un estudio elaborado por científicos de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) que aparecen publicados en el último número de la revista 'New England Journal of Medicine'.
Este estudio viene a poner fin al debate que tenían muchos profesionales sanitarios sobre la conveniencia de informar sobre este mayor riesgo de sufrir una enfermedad mental como el Alzheimer ante la posibilidad de provocar un daño psicológico a su paciente, recordaron los investigadores.
Para ello, se estudió el comportamiento de un total de 162 personas cuyos padres padecían Alzheimer, lo que aumenta en un 30-35 por ciento el riesgo de sufrir la misma enfermedad a partir de los 85 años.
Después de una sesión educativa sobre la enfermedad y realizarles la prueba genética que detectaba el gen apolipoproteína E, predictor del Alzheimer, se realizó un seguimiento durante más de un año a estos participantes midiendo la ansiedad, la depresión y el malestar relacionados con las pruebas después de seis semanas, seis meses y un año.
El malestar relacionado con las pruebas sí aumentó levemente a las seis semanas en las personas que tenían la forma del gen que aumenta el riesgo, pero eso no se percibió a los seis meses o un año después, aseguró Scott Roberts, principal autor de la investigación. Además, los niveles de ansiedad y depresión se mantuvieron estables.
"Aunque muchas personas aseguren que "piensan mucho sobre el tema", esto no se tradujo en una depresión o ansiedad a largo plazo", señaló Roberts. Según las conclusiones, ofrecer asesoramiento sobre el factor genético que influye en la aparición de la enfermedad puede ser "importante para asegurar que la mayoría de las personas no responda con un malestar significativo".
De hecho, después de la sesión educativa inicial sólo el 20 por ciento de los sujetos optó por eximirse de la prueba real, lo que demuestra que la mayoría prefirió conocer esa información. "La mayoría de los hijos adultos de pacientes con Alzheimer estaría a favor del derecho, al menos, de que se les dé la opción", dijo.