Comer fritos está asociado con un mayor riesgo de cáncer de próstata

Aceite, Frito, Fritura, Fritos, Sarten, Calamares, Girasol
SINC
Actualizado: martes, 29 enero 2013 17:33

MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

Consumir con frecuencia alimentos fritos, como patatas o pollo, se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata, según un estudio realizado por investigadores del 'Fred Hutchinson Cancer Research Center', situado en Seattle (Estados Unidos).

Estudios previos ya habían sugerido que consumir alimentos elaborados con métodos de cocción de alta temperatura podía aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata, sin embargo, éste es el primero que examina la adición de freír.

En concreto, la autora principal Janet L. Stanford y su equipo analizaron datos de 1.549 hombres diagnosticados con cáncer de próstata. A los participantes se les pidió que rellenaran un cuestionario sobre la dieta e ingesta habitual de alimentos, incluidos los específicos de los alimentos fritos.

De esta manera, encontraron que los hombres que comían patatas, pollo y pescado frito así como rosquillas por lo menos una vez a la semana tenían un riesgo mayor de padecer cáncer de próstata en comparación con aquellas personas que solo lo comían al menos una vez al mes.

Así, los que comieron uno o más alimentos por semana tenían un mayor riesgo de cáncer de próstata (entre el 30 y 37 por ciento). El consumo semanal de estos alimentos también se asoció con un riesgo ligeramente mayor de padecer un cáncer de próstata de tipo más agresivo.

"La relación entre el cáncer de próstata y los alimentos fritos parecía limitarse al nivel más alto de consumo -- definido en el estudio, como más de una vez a la semana-- lo que sugiere que el consumo regular de alimentos fritos confiere un riesgo particular para el desarrollo del cáncer de próstata", ha señalado Stanford.

Su hipótesis es que cuando el aceite se calienta aparecen compuestos potencialmente cancerígenos, como la acrilamida, las aminas heterocíclicas, los hidrocarburos policíclicos aromáticos, el aldehído y la acroleína. La presencia de estos compuestos tóxicos se incrementa con la reutilización del aceite.