NUEVA YORK, 29 Ene. (Reuters/EP) -
Investigadores del Centro de Desarrollo Social de la Universidad de Washington en Sant Louis, Estados Unidos, aseguran que abrir una cuenta de ahorro para los niños desde pequeños puede servir para mejorar su desarrollo y su conducta social y emocional, según los datos publicados en 'JAMA Pediatrics'.
Para su estudio, los investigadores reclutaron a los padres de 2.704 niños que habían nacido en Oklahoma en 2007. Al inicio del estudio, 1.358 de los niños fueron asignados a un grupo en el que cada familia recibió 1.000 dólares de fondos estatales para crear una cuenta ahorro, mientras que los otros 1.346 no recibieron tal ayuda. Como condición, se pedía que dicho dinero fuera sólo utilizado para la educación de los menores.
Asimismo, también se animó a las madres de los niños del grupo de cuentas de ahorros a crear su propia cuenta para sus hijos, y se les dio un depósito inicial de 100 euros.
Cuando los niños de ambos grupos cumplieron 4 años, sus madres completaron un cuestionario en el que puntuaban el comportamiento social y emocional de sus hijos en una escala de 0 a 170, indicando las puntuaciones más bajas un peor comportamiento.
En general, los investigadores encontraron que los niños del grupo de ahorro obtuvo cerca de 29 puntos en la escala de desarrollo social y emocional, en comparación con los 31 puntos de media del otro grupo.
Esa diferencia de dos puntos en el desarrollo social y emocional, escriben los investigadores, es similar a la provocada por el efecto del programa 'Head Start', que prepara a los niños para la escuela. "Vemos como 1.000 dólares no es mucho dinero, y en cambio consigue un efecto similar al de un gran programa de desarrollo infantil", ha apuntado Jin Huang, autor del estudio.
Además, los investigadores descubrieron que la diferencia en las puntuaciones de desarrollo social y emocional fue aún más pronunciada entre los niños de familias más desfavorecidas, incluidas personas con bajo nivel educativo o económico. Y los beneficios se observaron independientemente de que las madres abrieran otra cuenta de ahorros con 100 dólares, algo que a finales de 2011 sólo había hecho el 15 por ciento de las participantes.
Los investigadores reconocen que las diferencias en los niños que recibieron estas cuentas de ahorro están probablemente provocadas por los cambios en la actitud de los padres. Por ejemplo, con ellas los padres pueden elevar las expectativas que tienen para sus hijos y darles más apoyo, una atención positiva adicional y "un estímulo que puede tener alguna influencia en el comportamiento y el desarrollo del niño".
En un editorial que acompaña al estudio, Fredrick Zimmerman, un economista de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) comparó este proyecto con un programa de Finlandia que ofrece a las madres primerizas una caja con todo lo necesario para cuidar a su bebé.
"La llegada de una caja llena de ropa de bebé lleva un signo de fuerza tangible, de que el bebé es real y es acogido por la sociedad", defiende este experto, que sugiere que un programa de ahorro puede funcionar de una manera similar.