Cómo duele un herpes zóster

Herpes Zóster
FLICKR/ROSMARIE VOEGTLI
Actualizado: martes, 10 mayo 2016 13:26

   MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -

   El herpes zóster, enfermedad causada por el virus de la varicela, provoca un dolor intenso y discapacitante que afecta significativamente a la calidad de vida de quienes lo padecen y puede dejar secuelas como miedo e inestabilidad, según datos de un estudio cualitativo realizado por la consultora GfK con el apoyo de Sanofi Pasteur MSD.

   El trabajo se realizó con pacientes que sufren o han sufrido un herpes zóster y con los familiares con los que conviven. Y muestra como tanto esta dolencia como su principal complicación, la neuralgia posterior, pueden descompensar la patología de base y traducirse en un potencial cambio de tratamiento, aumento de las hospitalizaciones y mayor número de días hospitalizados.

   Algo que contribuye a que, tras superar la enfermedad, el paciente y el familiar desarrollan sensación de vulnerabilidad y miedo a que se repita un nuevo episodio de Herpes Zóster.

   El intenso dolor que produce, acompañado de picor, es uno de los principales aspectos que destacan los pacientes, que en una escala de dolor del 1 al 10 lo sitúan entre el 8 y el 10, y lo comparan con el provocado por la irritación de la vesícula biliar, el cólico nefrítico o el parto.

   Para definir el dolor, los pacientes refieren palabras como calor, fuego, lija, pinchazos, electricidad, latigazos y chispas, entre otras similares. "Además de picor era dolor. Ahí tienes un fuego. Yo lo notaba interiormente, notaba mucho calor en esa parte", afirma alguno de los participantes.

AL PRINCIPIO SE CONFUNDE CON UNA GRIPE

   Además, el desconocimiento sobre la enfermedad y sus síntomas hace que al principio los pacientes piensen que se trata de una gripe y no es hasta la aparición de la erupción cuando acudien al médico. En concreto, se observó bastante confusión acerca de por qué se produce y cómo se comporta la infección y los entrevistados desconocían que existen colectivos con especial riesgo.

   El estudio constata también que la enfermedad afecta tanto a nivel físico como psicológico. En el ámbito físico cabe destacar, por parte del paciente, la pérdida de apetito, sensación de fatiga, debilidad, cansancio e incapacidad para conciliar el sueño, algo que también afecta a los familiares/cuidadores.

   Desde el punto de vista psicológico destacan la depresión, la ansiedad y la irritabilidad que sufren los pacientes y que genera estrés en el entorno familiar. "Comía poquísimo. No me apetecía. Y me veía muy mal, muy débil. Rechazaba la comida y la médico me insistía en que tenía que comer", destaca otro paciente.

   El herpes también afecta al ámbito funcional del paciente. Todos coindicen en que han necesitado ayuda para realizar actividades de la vida diaria como cocinar, desempeñar tareas del hogar, e incluso vestirse o asearse. Además, puede suponer un impedimento para ir al trabajo.