MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
No percibir un problema no significa que no exista. En España se estima que hasta uno de cada tres menores de 15 años tiene sobrepeso u obesidad pero, según los datos presentados hace menos de un año por el Comité Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular (CEIPC), cerca del 70 por ciento de sus padres no cree que este exceso de kilos sea preocupante.
Pero la situación se agrava si tenemos en cuenta otro estudio, en este caso de la University College de Londres (Reino Unido), que reveló que muchos padres son incapaces de reconocer si su hijo tiene sobrepeso salvo que se encuentre en niveles muy extremos.
"Algunos padres creen que sus hijos comen bien o que quizás son más 'grandes' que sus pares y piensan que es normal", ha explicado la doctora Andrea Bartucci Schamir, endocrinóloga pediatra del Hospital Quirónsalud San José de Madrid, que insiste en la necesidad de vigilar el sobrepeso de los niños ya que condiciona el de la edad adulta.
Para evitar este problema, esta experta nos ofrece algunos factores que pueden ayudar a los padres a estar sobreaviso sin necesidad de usar una báscula:
1. Se puede considerar "rellenito".
2. Se encuentra dentro de los percentiles, pero por encima de lo normal.
3. Se cansa al practicar ejercicio.
4. Ronca al dormir.
5. Duerme mucho.
6. Se le cae el pelo.
7. Presenta intolerancia al frio o estreñimiento.
8. Su cuello tiene una coloración oscura.
9. Tiene estrías.
CONDICIONAN LA VIDA ADULTA
El problema de estos kilos de más en la infancia es que también pueden "condicionar la obesidad en la edad adulta" y, en ambos casos, se asocia a distintas patologías, de ahí la necesidad de fomentar cuanto antes un cambio de hábitos alimenticios, sobre todo reduciendo el consumo de grasas, y fomentar la actividad física.
"Nuestro peso varía de acuerdo con nuestra herencia genética (lo que heredamos de nuestros padres) y nuestro medio ambiente (lo que comemos, en nuestra actividad diaria, problemas en el colegio*.). Si bien no podemos cambiar nuestra herencia genética, si podemos variar nuestros hábitos para limitar el aumento de peso y estar sanos", explica la especialista.
Esto hace que sea fundamental atajar el problema "cuanto antes" y ponerse en manos de un especialista ya que, como recuerda Bartucci, hay diferentes enfermedades o problemas asociados a la obesidad, resaltando las más frecuentes:
- Problemas metabólicos: alteración de la glucemia en ayuno. Intolerancia a los hidratos de carbono. Diabetes melitus tipo 2.
- Problemas hormonales: incremento en la producción de cortisol que podría producir desarrollo y maduración ósea avanzada. Adelanto puberal en niñas y retraso puberal y ginecomastia en niño. Alteración en el colesterol, acné, aumento del vello, irregularidades menstruales, osteoporosis.
- Problemas cardiovasculares: Disminución de la frecuencia y el gasto cardíaco, arritmias, hipertensión arterial, arteriosclerosis, patología coronaria.
- Problemas respiratorios: infecciones respiratorias, fatiga o asma.
- Problemas gastro-intestinales: hígado graso, litiasis biliar. Deficiencia de hierro.
- Problemas ortopédicos: alteraciones ortopédicas compensadoras del exceso y distribución del peso (incurvación del fémur, genu valgo). Alteraciones de alineamiento y curvatura de la columna vertebral.
- Problemas emocionales: rechazo de la imagen corporal y alteraciones de la socialización. Ansiedad, estrés, depresión. Ingesta compulsiva ('binge eating').
- Otras patologías: cefalea, colecistitis, pancreatitis, intértrigo (infecciones locales).