MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
El doctor Salvador Martínez Arenas, responsable de la Unidad de Pediatría de los Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime, Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo y Hospital Vithas Nisa 9 de octubre, ha señalado que es "fundamental" ducharse antes de entrar a una piscina, ya que evita un 40 por ciento de las infecciones por la cloramina como irritación en los ojos, incluso ataques de tos y asma.
"Ducharse antes de meterse en el agua contribuye a eliminar el traslado de gérmenes a la zona de baño, sudor o heces, evitando contagiar a otras personas, y al finalizar el baño, se debe duchar con agua potable, secarse bien, no compartir toallas, cambiarse el bañador a uno seco e hidratarse la piel", explica este especialista.
El doctor Martínez Arenas también insiste en que la ducha previa, si se entra en el agua con otros elementos químicos como cremas, champús y lociones, "pueden mezclarse con el cloro y el resto de desinfectantes y generar cloramina".
"El riesgo de contraer virus, parásitos y hongos se incrementa además por el calor, la humedad y en ocasiones el exceso de cloro. Por eso es muy importante seguir una serie de precauciones a la hora de zambullirse", apunta.
Por ejemplo, advierte del color, una sustancia muy irritante para los ojos que conlleva su enrojecimiento, escozor, sensación de arenilla y cuerpo extraño, hipersensibilidad a la luz (fotofobia) o lagrimeo. Así, recomienda utilizar gafas de buceo.
También pide tener cuidado con las otitis entre aquellos que bucean, sobre todo en niños, o con tragar agua de la piscina, donde pueden estar diversos virus como los de las hepatitis A o E, bacterias como la 'Escherichia coli' o la 'Shigella' y hongos, como la 'candida albicans', o parásitos como la criptosporidiosis que puede afectar al estómago, la piel, la boca o los órganos genitales".