MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los peces de los ríos podrían tener problemas para reproducirse e incluso llegar a extinguirse, debido a la presencia en las aguas de algunos compuestos químicos que se utilizan en las cremas con filtros de protección solar (UVB y UVA) y otros cosméticos, ya que estas sustancias tienen un efecto de reducción endocrinológica, afectando a la fertilidad, según un estudio sobre la presencia de filtros UV en sedimentos y aguas superficiales de la cuenca del Guadalquivir, realizado por investigadores del IDAEA-CSIC.
El investigador del CSIC y director del Instituto Catalán de Investigaciones del Agua (ICRA), Damiá Barceló, ha explicado en la presentación de los resultados preliminares que los absorventes de luz ultravioleta, están presentes en cremas solares, champús, textiles, etcétera, que se usan a diario y que "de momento no están regulados".
Así, se ha referido al 4 Metilobenzilideno de camfor (4MBC) y el Metoxiciamato de Etilbexilo (EHMC), dos compuestos que están preseleccionados para entrar el próximo año en la lista de sustancias controladas de la Comisión Europea pero que, al no estar regulados, las Confederaciones hidrográfica no están obligados a controlar. Estas sustancias han sido encontradas en las aguas del Guadalquivir y en la zona de los Pirineos donde hay estaciones de esquí, así como en otras muestras tomadas en las cuencas del Júcar y Llobregat, es decir, que se observa una mayor cantidad en zonas con turismo intensivo.
En todo caso, ha comentado que estos productos son "relativamente" nuevos en el campo ambiental y que sus efectos se están estudiando en cuatro cuencas hidrográficas: Guadaluquivir, Ebro, Júcar y Llobregat. El proyecto estudiará también como interfieren los contaminantes condiciones de sequía, cuando a menor agua, mayor concentración de estos químicos. Los resultados definitivos de las cuatro cuencas hidrográfica estarán a lo largo de 2014.
Los equipos de investigación han observado que al aumentar el consumo de estos productos con estas sustancias, crece también su dosis en el agua y, por tanto su presencia y efectos en los ríos, a donde llegan de forma directa, por nadadores con crema solar, o bien por una deficiente gestión del agua para beber.
"Podría hacer extinguirse a algunas especies de ríos (...), por ejemplo, las truchas", ha apuntado el responsable de la investigación que ha subrayado que habrá que hacer más tratamientos al agua, así como cambiar los productos con estos químicos y depurar mejor las aguas.
PECES QUE SE VUELVEN FEMENINOS
Concretamente, el responsable del estudio considera que estos compuestos pueden producir un impacto ambiental sobre todo en el medio acuático, al producirse una disrupción endocrina que afecta al aparatato reproductor de los peces a los que les aparecen efectos feminizantes y altera el tiroides --con un efecto parecido a la ingestión de estrógenos-- ya que estos compuestos se acumulan sobre todo en los lípidos.
La investigación estudia también si estas sustancias contaminantes que pueden llegar a actuar como pseudo-persistentes y a afectar a las plantas de los ríos y, en especial el biofilim (la capa vegetal que está sobre los sedimentos), y a los invertebrados. El estudio se enmarca en el Proyecto CSRCE (2009-2014), en el marco del programa Consolider Ingenio del Ministerio de Ciencia e Innovación.
En todo caso, a pesar de que está prohibido para el uso infantil en Dinamarca, Barceló asegura que estas cantidades son inofensivas para el uso humano ya que se necesitaría beber 100.000 litros de agua para que se produzca en un ser humano una función estrogénica.
El documento se ha presentado este lunes en la II Conferencia Anual de SCARCE que reúne en Madrid un centenar de científicos de todo el mundo para exponer los últimos estudios sobre los impactos del cambio climático en la disponibilidad del agua y la calidad de las cuencas hidrográficas de la Península.