Dormir del tirón es un mito: por qué tu cerebro se despierta hasta 100 veces cada noche y no lo recuerdas

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Archivo - Mujer durmiendo. - GORODENKOFF/ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: sábado, 27 diciembre 2025 8:03

   MADRID, 27 Dic. (EDIZIONES) -

   Aunque tengamos la sensación de dormir profundamente y sin interrupciones, nuestro cerebro se activa decenas de veces cada noche en forma de microdespertare, breves episodios que pasan desapercibidos y que no nos dejan un recuerdo consciente.

   Según nos explica Borja Cocho Archiles, responsable de la Unidad del Sueño del HLA Hospital Jerez Puerta del Sur, durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus, estos despertares fugaces son completamente normales, pero cuando se repiten en exceso pueden fragmentar el sueño, afectar a la memoria, aumentar el cansancio diurno, e incluso elevar el riesgo cardiovascular.

   “Un microdespertar, lo que en Medicina del sueño denominamos ‘arousal’ es una activación muy breve del cerebro durante el sueño, que no llega a convertirse en una vigilia completa, pero que sí rompe momentáneamente la continuidad de la arquitectura del sueño. La duración típica suele ser de 3 a 15 segundos. Además, se suele acompañar de algún cambio (aumento en el tono muscular, una respiración más profunda, un cambio de postura...), y no suele haber memoria al despertar”, define este especialista.

ES NORMAL TENER MICRODESPERTARES DURANTE EL SUEÑO

   Hay que destacar, en su opinión, que tener ‘arousals’ es completamente normal; de hecho, dice que pueden estar provocados por cosas tan banales como un cambio en la temperatura, ante un movimiento involuntario de las extremidades, o por ejemplo por un ruido. “El problema aparece cuando estos despertares se vuelven tan frecuentes que fragmentan la normal arquitectura del sueño (dificultando el alcanzar el sueño profundo o el sueño REM) y aparecen los síntomas diurnos (cansancio, somnolencia, dificultad para concentrarse, por ejemplo)”, advierte este especialista.

   Tal y como destaca, en una persona sana, lo habitual es que haya entre 5 y 15 ‘arousals’ por hora de sueño, lo que en una noche de unas 7 u 8 horas, arroja una cifra de entre 40 y 100 microdespertares en una noche entera.

   Es más, subraya que la polisomnografía ha sido muy meticulosa en lo que a cuantificar y a estudiar los ‘arousal’ se refiere y, en la práctica, la mayor parte de los laboratorios de sueño nacionales y la Academia Americana de Medicina del Sueño o AASM, por sus siglas en inglés, establecen que un microdespertar debe durar al menos 3 segundos de actividad cerebral más rápida, estando el límite superior menos establecido en torno a los 15 segundos.

PRINCIPALES FACTORES QUE LOS FAVORECEN

   En concreto, el doctor Cocho sostiene que se pueden clasificar los ‘arousal’ en dos grandes grupos, en función del tipo de factores que favorecen esa fragmentación del sueño:

Biológicos: la edad aumenta la fragmentación del sueño, y además disminuye la proporción de sueño profundo; la ansiedad y la depresión aumentan la reactividad del cerebro; algunas enfermedades endocrinas (especialmente las de tiroides); la fiebre; los trastornos respiratorios durante el sueño; y ya menos frecuentemente, el síndrome de movimientos periódicos de las extremidades y el síndrome de piernas inquietas.

Ambientales: un colchón incómodo, una temperatura elevada en la habitación, luz ambiental, un compañero de cama con roncopatía, el consumo de cafeína, el consumo de alcohol, o la irregularidad de los hábitos de sueño, el uso de pantallas azules en las horas previas a acostar, y la falta de ejercicio físico durante el día.

¿POR QUÉ NO NOS ACORDAMOS? UN TRUCO DEL CEREBRO

   Pero es que, tal y como subraya el responsable de la Unidad del Sueño del HLA Hospital Jerez Puerta del Sur, la ausencia de memoria y de consciencia durante un ‘arousal’ se corresponde con uno de esos “trucos elegantes del cerebro dormido”, combinándose varios factores neurobiológicos, principalmente tres:

1.- El nivel de activación cortical durante un ‘arousal’ es insuficiente para crear la memoria declarativa; en otras palabras, para que un evento se convierta en un recuerdo, se requiere una activación mínima de estructuras como el hipocampo, lo que no se alcanza en un ‘arousal’ típico.

    2.- Los neurotransmisores: Durante el sueño, la acetilcolina, la noradrenalina, y la serotonina, se encuentran en niveles muy reducidos, especialmente en las fases N2 y N3, y estas moléculas son clave para los circuitos de atención y de memoria.

    3.- La evolución: Los ‘arousal’ actúan como mecanismos de protección (ajustan la respiración, cambian la postura, reaccionan a un ruido, por ejemplo), pero la evolución ha conseguido que estos no interrumpieran la continuidad del sueño.

CUÁNDO PUEDE HABER DETRÁS UN PROBLEMA

   En este punto, pedimos a Borja Cocho Archiles que nos ayude a diferenciar cuándo puede tratarse de un microdespertar normal, de un problema quizá serio o secundario a un trastorno: “Sí que existen diferencias entre los ‘arousal’ fisiológicos y en los secundarios a un trastorno, por ejemplo, el SAHS (Síndrome de apneas-hipopneas del sueño)”.

   Aclara, en primer lugar, que los ‘arousal’ fisiológicos son breves, aislados, y no alteran significativamente la arquitectura del sueño. En cambio, dice que los ‘arousals’ secundarios a un trastorno presentan un patrón más forzado y repetitivo; de manera que, en este caso, cada evento respiratorio desencadena una activación simpática, un aumento brusco de la frecuencia cardíaca, un aumento del tono muscular para reabrir la vía aérea, y una alteración en la respiración.

   “Estos ‘arousals’ suelen repetirse decenas o cientos de veces a lo largo de la noche, fragmentando el sueño y reduciendo el tiempo de sueño en fase de sueño profundo, y en fase de sueño REM”, agrega.

   Pero es que, según prosigue, también cambia la distribución de estos episodios y los ‘arousal’ fisiológicos se dispersan de forma más o menos aleatoria; en cambio, los patológicos se agrupan siguiendo el ritmo de los eventos que los desencadenan. “Pero lo más importante es que cambia la consecuencia. Los ‘arousal’ fisiológicos no dejan huella en la arquitectura del sueño, sin embargo, los patológicos sí (somnolencia diurna, irritabilidad, dificultad para concentrarse...)”, indica este experto en Medicina del Sueño.

   En última instancia, el doctor Cocho, responsable de la Unidad del Sueño del HLA Hospital Jerez Puerta del Sur, destaca la importancia de la relación entre los microdespertares y la consolidación de la memoria: “Las noches con más ‘arousals’ tienden a perjudicar la memoria declarativa (que es la que usamos para hechos y datos), y la procedimental (que es la de las habilidades). Y finalmente no hay que olvidar una posible relación entre los trastornos del sueño, los ‘arousals’, y el riesgo cardiovascular, por la acumulación de

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