¿Dormir peor con la edad es inevitable? Lo que la ciencia dice sobre el sueño en mayores de 60

Archivo - Hombre con espasmos, dormir, insomnio
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Infosalus
Publicado: viernes, 17 octubre 2025 8:36

   MADRID, 17 Oct. (EDIZIONES) -

   ¿Es cierto que al envejecer se duerme peor por naturaleza? ¿O es un mito que hemos normalizado? Los expertos aclaran que el sueño cambia con los años, pero no todo debe asumirse como "normal". El insomnio crónico, las apneas, o la somnolencia excesiva, por citar algunos ejemplos, no son parte natural del envejecimiento, y pueden afectar al corazón, a la memoria, e incluso aumentar el riesgo de caídas.

   Charlamos en este sentido con Araceli Abad Fernández, jefa de Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), quien nos explica que con los años "se duerme diferente", si bien advierte de que esto no significa que tengamos que normalizar que las personas mayores duermen mal, pero sí entender que, debido a unos cambios fisiológicos, el inicio del sueño, el mantenimiento del mismo, y la hora del despertar, se modifican y, por tanto, esto puede repercutir en la calidad de vida de la persona.

   "Por tanto, hay que cuidar algunos hábitos del día para poder dormir mejor por la noche", subraya esta experta. Así, reconoce que mantener unas rutinas de sueño, con exposición solar directa a primera hora del día, mantener una vida activa y saludable son imprescindibles en este sentido.

   "Realizar siestas 'saludables', es decir, de no más de 30 minutos, y evitar en la medida de lo posible los inductores del sueño, y en concreto, las benzodiacepinas. Otras recomendaciones, adecuadas para la población general, también lo son para las personas mayores: evitar el consumo de cafeína, hacer deporte preferiblemente a primera hora del día, evitar la exposición a pantallas antes de irse a dormir, y mantener un horario regular de sueño, en un ambiente que invite a la relajación, con temperatura adecuada, son aptas también para los ancianos", destaca esta neumóloga.

QUÉ ALTERA EL SUEÑO A PARTIR DE LOS 60

   Avisa aquí de que la falta de exposición a la luz, de relaciones sociales, la soledad no deseada, las alteraciones del ánimo, la presencia de dolor, o el mal control del mismo, entre otros, acaban alterando el ritmo circadiano de los ancianos.

   "En ocasiones, el consumo de benzodiacepinas, a la larga pueden ser más perjudicial que beneficioso, por lo que debemos ser cuidadosos a la hora de prescribirlos. También hay que tener especial cuidado con los ancianos institucionalizados, en residencias, donde los horarios de sueño generalmente no se ajustan a su ritmo biológico, o donde la falta de estímulos, o la inactividad, les genera un aumento de sueño durante el día, que empeora aún más el insomnio", sostiene esta experta del Hospital Universitario de Getafe.

QUÉ SÍ DEBERÍAMOS ACEPTAR COMO NORMAL

   En este contexto, Araceli Abad remarca que las personas mayores tienen un sueño más superficial, con disminución de la fase N3 (sueño profundo), y con un inicio de sueño más temprano; lo que genera a su vez un despertar más precoz.

   "En general, las personas mayores suelen pasar más tiempo en la cama, pero el sueño más superficial, los múltiples despertares, y el despertar precoz, hacen que la eficiencia de sueño esté disminuida. Si a ello se suman otros condicionantes, como los despertares por nicturia, dolor osteoarticular, etc., se contribuye a que la calidad del sueño sea aún peor", mantiene esta especialista.

   No obstante, sí cree que no deberíamos asumir como normal, por ejemplo, el exceso de somnolencia diurna, u otros síntomas típicos de enfermedades del sueño, tales como el ronquido, la presencia de apneas, ni tampoco pormenorizar el insomnio en la población anciana.

   En cuanto a las posibles consecuencias de la falta de un adecuado descanso a partir de los 60, esta neumóloga manifiesta que son las mismas que en cualquier otra etapa de la vida, apuntando en primer lugar a una peor calidad de vida, así como a la somnolencia durante el día, a un aumento del riesgo cardiovascular con mayor dificultad para controlar enfermedades crónicas o autoinmunes, la dificultad para perder peso, etc.

   "Pero, además, en este rango de edad, el deterioro cognitivo, la repercusión que puede tener sobre el estado del ánimo o a nivel motor (aumento de las caídas o deterioro de la marcha) son condicionantes a tener muy en cuenta", agrega.

CUÁNDO CONSULTAR

   En última instancia, la jefa de Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Getafe resalta que las personas a partir de 60 años deben consultar con un especialista en el caso de que su problema altere su calidad de vida, o bien repercuta negativamente sobre el control de sus enfermedades crónicas.

   "La presencia además de ronquido y/o apneas, de dolor, o de sensación de quemazón en las extremidades, y con necesidad de levantarse para aminorar los síntomas, movimientos involuntarios o bruscos durante la noche, o la necesidad de levantarse constantemente, son motivos que deben inducir al paciente a consultar con un especialista y ser derivado a una unidad de sueño", remarca esta experta.

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