MADRID 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El dolor, pesadez e inquietud habitual en las piernas, así como los indicios las varices o arañas vasculares, podrían tratarse de "signos de reflujo venoso", según el presidente del Capitulo Español de Flebología y Linfología (CEFyL) de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) y Coordinador de Cirugía Vascular de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), el doctor Javier Álvarez.
La enfermedad venosa crónica se produce cuando las válvulas de las venas no realizan la labor de redirigir la sangre al corazón correctamente. Como resultado, la sangre no circula en su sentido y velocidad adecuadas, acumulándose en las venas de la parte inferior de las piernas y formando varices.
De no tratarse, puede desencadenar problemas de salud más graves, que se manifiestan en síntomas como dolor, inflamación, calambres, piel oscurecida o incluso úlceras.
"Ante estos síntomas, es importante acudir al médico. Sin tratamiento, los signos y los síntomas pueden progresar y afectar significativamente a la calidad de vida, e incluso llegar a provocar úlceras venosas en las piernas", advierte el especialista.
Por ello, durante esta semana diferentes iniciativas promovidas desde asociaciones profesionales como la SEACV o actores de la industria como Medtronic Ibérica, compañía líder en tecnología, servicios y soluciones médicas, tratarán de llamar la atención sobre los signos y síntomas de esta patología.
"Actualmente disponemos de opciones terapéuticas con las que reducir o detener el flujo inverso de la sangre de forma efectiva, tratando la vena dañada y evitando que el reflujo venoso provoque consecuencias más graves", declara el doctor Álvarez.
"Con un abordaje adecuado, podemos parar la progresión de la patología y mejorar los síntomas del paciente, lo que les permite recuperar sus actividades diarias y calidad de vida", añade.
TRATAMIENTO ESCLEROSANTE
Respecto al tratamiento, tal y como recoge la página web destinada a pacientes de Medtronic Ibérica, actualmente existen diversas opciones, según el grado de progreso de la patología y las necesidades del paciente.
En los tratamientos esclerosantes el objetivo es inyectar un agente en el interior de la vena para conseguir la fibrosis y obstrucción de la misma. Además, también existe la posibilidad de recurrir a la cirugía.
No obstante, respecto a los tratamientos no esclerosantes, se trata de sellar la vena dañada, ya sea mediante un adhesivo médico o un aplicando calor de forma localizada mediante un catéter de radiofrecuencia o una fibra láser, y redirigir la sangre hacia las venas sanas de alrededor, lo que proporciona un alivio de los síntomas.