MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las recaídas en el consumo de alcohol y otras drogas (AOD) en la recuperación temprana del trastorno por consumo de sustancias (SUD) suelen surgir de interacciones entre estados afectivos aversivos y factores estresantes que, en conjunto, generan impulsos de consumo.
Un objetivo central de los tratamientos cognitivo-conductuales de primera línea para el SUD es fortalecer el control afectivo y cognitivo para aumentar la capacidad de las personas para anular los impulsos de consumo de AOD.
Sin embargo, ciertos procesos fisiológicos automáticos afectados por el SUD interactúan dinámicamente con los estados afectivos internos y las señales ambientales, socavando el control cognitivo esforzado y eclipsando los objetivos cognitivos de evitar el consumo de sustancias.
UN DISPOSITIVO PORTÁTIL SIN FÁRMACOS
Un nuevo estudio realizado por investigadores del Hospital General Brigham de Massachusetts (Mass General Brigham) de Estados Unidos demuestra que un dispositivo portátil sin fármacos puede ayudar a las personas con trastornos por consumo de sustancias (TCS) como el alcohol y las drogas, a controlar el estrés, reducir los antojos y disminuir el riesgo de recaída en tiempo real. Sus resultados se publican en 'JAMA Psychiatry'.
"Una de las características de la recuperación temprana de la adicción es la falta de autoconciencia de los estados emocionales", informa el autor correspondiente, el doctor David Eddie, psicólogo del Instituto de Investigación de la Recuperación del Hospital General de Massachusetts (Mass General Brigham). "Las personas en recuperación pueden experimentar mucho estrés, pero a menudo no son muy conscientes de él, ni lo gestionan de forma proactiva".
En las personas en recuperación temprana, el estrés suele desencadenar antojos, y la dificultad para resistirlos puede generar aún más estrés. Juntos, los antojos y el estrés pueden provocar una recaída.
El estrés y los antojos también suelen estar asociados con una menor variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), las variaciones naturales en el tiempo entre latidos, que reflejan la salud subyacente y la adaptación del cuerpo al estrés.
Los ejercicios de respiración especiales pueden aumentar la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) y ayudar a regular el estado de ánimo y mejorar el control cognitivo. Los dispositivos de biorretroalimentación de VFC más recientes pueden detectar una VFC baja y proporcionar señales visuales o auditivas para guiar los ajustes respiratorios. Estudios previos han demostrado que la biorretroalimentación puede reducir el ansia y la ansiedad en personas con TCS.
En su estudio, los investigadores evaluaron si un dispositivo de biorretroalimentación HRV puede contribuir a la recuperación del TCS mediante un ensayo clínico de fase 2 con 115 adultos con TCS grave durante su primer año de recuperación. La mitad de los participantes recibió un parche inteligente de biorretroalimentación (el parche inteligente Lief HRVB) y la otra mitad siguió el plan de recuperación establecido, como reuniones de recuperación, psicoterapia o medicamentos.
EL ESTUDIO DURO UN AÑO CON RESULTADOS POSITIVOS
Durante ocho semanas, los participantes informaron sobre su estado de ánimo, antojos y consumo de sustancias dos veces al día a través de su teléfono.
"Los dispositivos de biorretroalimentación HRV más recientes pueden detectar cuándo las personas están estresadas o experimentan antojos y, mediante inteligencia artificial, incitarlas a realizar una breve ráfaga de biorretroalimentación", comenta Eddie. "Esto permite a las personas anticiparse al riesgo".
Se pidió a los participantes que realizaran al menos 10 minutos de práctica programada al día y al menos cinco minutos de práctica guiada. Los participantes que recibieron un dispositivo de biorretroalimentación experimentaron menos emociones negativas, reportaron menos antojos de alcohol o drogas y tuvieron un 64% menos de probabilidad de consumir sustancias en un día determinado, lo que sugiere que la intervención interfirió en el ciclo de antojo y consumo de sustancias.
El estudio se centró únicamente en personas en el primer año de un intento de recuperación basado en la abstinencia, y se necesitan estudios futuros para determinar si la intervención tiene beneficios sostenidos.
"El primer año de recuperación es sumamente difícil", reflexiona Eddie. "Nuestro objetivo es encontrar herramientas que no solo ayuden a las personas durante ese primer año, sino que también les ayuden a gestionar el estrés el resto de su vida".
Los resultados mostraron una menor probabilidad de consumo diario de sustancias entre quienes usaron el dispositivo durante ocho semanas. Sin embargo, se trata de un ensayo limitado al primer año de recuperación, y se necesitan más investigaciones para confirmar su eficacia a largo plazo y en otros contextos. La intervención se plantea como una herramienta complementaria, no como un sustituto del tratamiento profesional de adicciones.