MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La rehabilitación puede mejorar y minimizar la discapacidad por daño cerebral ya que permite aplicar las medidas necesarias para prevenir las complicaciones secundarias a la lesión cerebral, preservar las estructuras y las funciones, y conseguir alcanzar la máxima capacidad física, funcional, y social para que el paciente pueda reintegrarse a su medio socio-familiar y si es posible laboral.
Hoy en día en España se producen 250 casos nuevos de ictus por 100.000 habitantes al año siendo esta la principal causa de discapacidad en el adulto. Además, cada año aparecen hasta 120.000 nuevos casos en España, por lo que actualmente más de 300.000 personas en el país presenta una discapacidad como consecuencia de ictus.
En el Día Nacional del Daño Adquirido, que se celebrará este domingo, se ha querido recordar que esta patología afecta a las estructuras encefálicas en personas que, habiendo nacido sin ningún tipo de daño cerebral, padecen alteraciones en su cerebro como consecuencia de un tumor, ictus o traumatismo craneoencefálico, cuya principal causa, a su vez, son los accidentes de tráfico, aunque también los laborales y deportivos, caídas o armas de fuego.
Las secuelas de esta patología son múltiples y, dependiendo de la gravedad y de la zona afectada, se manifiestan en trastornos de la movilidad, problemas de comunicación, déficits cognitivos y alternaciones emocionales y de la conducta. Esta combinación de secuelas imposibilita la realización de alguna actividad básica de la vida diaria en un 60 por ciento de los casos y la discapacidad severa o total en un 45 por ciento.
"Todos estos déficits van a tener una repercusión funcional que se manifestara como alteración de la comunicación, del trastorno del movimiento, del equilibrio y de la marcha. Todo ello dará lugar a que estos pacientes sean dependientes en las actividades básicas de la vida diaria", ha señalado la doctora del servicio de Rehabilitación Neurológica y Daño Cerebral del Hospital Universitario de Vall d' Hebrón de Barcelona, y presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación del Daño Cerebral Adquirido, María del Carmen Martínez Garre.
Por ello, el tratamiento debe ser precoz e iniciarse en la fase aguda, después de haber sufrido la lesión. Además, el tratamiento debe continuarse en la fase subaguda y controlarse en la fase de cronicidad.
Además, la doctora Garre ha señalado que "estos pacientes deben ser atendidos en centros hospitalarios que cuentes con unidades de rehabilitación de daño cerebral, ya que el tratamiento integral multidisciplinar es el que puede beneficiarles porque el objetivo de la medicina de rehabilitación es minimizar la discapacidad para que las personas puedan reintegrarse en la familia y la sociedad".