¿En qué se diferencian adicción y compulsión?

Concepto de cuidado corporal. Mujer mirando la barra de chocolate que va a morder. Dulce, adicción, compulsión por el chocolate.
Concepto de cuidado corporal. Mujer mirando la barra de chocolate que va a morder. Dulce, adicción, compulsión por el chocolate. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / DEAGREEZ - Archivo
Publicado: viernes, 20 diciembre 2019 8:11

    MADRID, 20 Dic. (EDIZIONES) -

   Adicción y compulsión son dos términos habitualmente utilizados por las personas de forma incorrecta. Pueden parecer similares, pero no lo son.

   La responsable del Programa de Adicciones de ITA Argentona TC, la psicóloga y psicoterapeuta Andrea Sánchez define adicción en una entrevista con Infosalus como "un hábito de conductas peligrosas o de consumo de determinados productos, en especial drogas, del que no se puede prescindir o resulta muy difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o incluso fisiológica".

   Esto implica "una incapacidad de controlar la conducta, así como una dificultad para alcanzar y mantener la abstinencia permanente, ya que aparece un deseo imperioso de consumo y hay una disminución del reconocimiento de los problemas significativos causados por la propia conducta y en las relaciones interpersonales, así como una respuesta emocional disfuncional", continúa la experta.

   El resultado final es "una disminución de la calidad de vida del afectado, generando problemas en su trabajo, sus actividades académicas, en sus relaciones sociales y/o en sus relaciones familiares o de pareja", especifica Sánchez.

    Por su parte, cuando se habla de compulsión, se hace referencia a "un impulso o deseo intenso o vehemente de hacer una cosa precedido por una obsesión", distingue la psicóloga. Sin embargo, un sujeto adicto "suele buscar la experimentación del placer o alivio inmediato y que pueda perpetuarse en el tiempo, por ello, suele ser una conducta recurrente y de difícil abstinencia", agrega Sánchez.

   Mientras, en una compulsión, "a pesar de que la conducta compulsiva proporciona alivio inmediato, el individuo sigue experimentando angustia y la necesidad de realizar la compulsión para así volver a reducir la ansiedad, aunque ello suele generar malestar emocional o, incluso, vergüenza", diferencia la psicoterapeuta.

   Además, en las adicciones, "a pesar de sufrir emocional y físicamente, así como tener repercusiones en su entorno social y familiar entre otras muchas consecuencias negativas, aparece un deseo imperioso de usar la sustancia o realizar el comportamiento adictivo, anticipando que esto será placentero, aliviante, estimulante o agradable", comenta Sánchez.

   Es decir, la adicción "nubla dicha conciencia de problema y engaña, fomentando una percepción distorsionada de la realidad en la que desaparecen los problemas por evasión o negación, siendo esto el mayor factor de riesgo, ya que la persona se desresponsabiliza de sí mismo y, muy comúnmente, requiere de una situación traumática para darse cuenta de cómo puede la adicción repercutir en su vida o en la de los demás", indica la experta.

DE QUÉ DEPENDE CADA UNA DE ELLAS

   Adicción y compulsión también se diferencian en los factores de los que depende cada una de ellas. Según la responsable del Programa de Adicciones de ITA Argentona TC, las adicciones dependen de cuatro factores: autoeficacia, resultados esperados, atribuciones causales y procesos de toma de decisiones.

   En cuanto a la autoeficacia, Sánchez comenta que es "el juicio que cada uno tiene sobre su propia habilidad para manejarse de forma competente en situaciones desafiantes", mientras que los resultados esperados son "anticipaciones que hace el individuo acerca de los efectos de una sustancia o actividad adictiva, hecho que determina la probabilidad de seguir usando o abusando de esa conducta o sustancia".

   Por otro lado, las atribuciones causales son "las creencias del individuo acerca de la utilización de una sustancia o actividad adictiva atribuido a factores internos o externos; es decir, las creencias externalizantes fomentan que haya un uso o abuso de actividad o sustancia continuado, ya que el individuo percibe que su utilización es como algo predestinado y fuera de su control. No asume la responsabilidad de decidir si continuar usando o abusando de la actividad o sustancia, por lo que no toma medidas para abandonar la sustancia o actividad", revela la experta.

   Por último, los procesos de toma de decisiones se definen como "la asunción de responsabilidad ante las decisiones y las consecuencias de los propios actos y repercute en la continuidad del uso o abuso de actividad adictiva o sustancia", según Sánchez. Es decir, cuanto menos responsabilidad asume el individuo sobre sus decisiones, más probabilidad de mantener la conducta o uso o abuso de sustancias.

Las compulsiones son expresión de angustia o ansiedad, dice la psicoterapeuta. "Es por ello que el tratamiento de estas suele ir asociado al abordaje psicoterapéutico de la ansiedad", detalla la experta.

AMBAS SE TRATAN

   Adicción y compulsión tienen tratamiento. Como especifica Sánchez, en el caso de las compulsiones hay que atacar la raíz, es decir, la ansiedad. "Para ello se recomienda el trabajo con técnicas de relajación, exposición progresiva, desensibilización sistemática y reestructuración cognitiva, entre otras técnicas", precisa la experta.

   El tratamiento de las adicciones que Sánchez lleva a cabo en ITA Argentona TC se apoya el siete puntos. En primer lugar, se trata al individuo de forma global porque es el eje central del abordaje terapéutico. Se hace "desde una perspectiva biopsicosocial, con conocimiento específico y con el consecuente abordaje de los trastornos asociados, como patología dual", señala Sánchez.

   El tratamiento es, según la experta, "personalizado e individualizado, ya que cada individuo presenta un esquema particular construido en torno a la adicción, de modo que personalizar la problemática ayudará a comprender el funcionamiento de la adicción y, por lo tanto, aumenta la probabilidad de poder tomar conciencia de los riesgos, así como construir un proyecto terapéutico de apoyo y protección para reducir la probabilidad de recaída".

   El tercer punto se basa en un trabajo interdisciplinar, mientras que el cuarto se materializa en el abordaje del trastorno con las causas "predisponentes, precipitantes y mantenedoras", continúa Sánchez.

   Además, "la intervención psicoterapéutica y el proceso de cambio personal se considera el elemento más importante del tratamiento", agrega la experta, que también enumera que es multisistémica, es decir, con la familia, amigos o trabajos.

   Por último, "la intervención psicosocial y de reinserción consolidan y potencian ese proceso de cambio y aseguran la creación e inicio de un proyecto de futuro", concluye Sánchez, que no olvida mencionar como "una de las características centrales en el trabajo con la persona con comportamientos adictivos" la motivación.