MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Reducir el riesgo de cáncer tiene mucho que ver con cuidar la dieta - reducir la ingesta de comidas con alto contenido en sodio, ricas en azúcares o calorías y pobres en nutrientes-, dejar de lado hábitos poco saludables como puede ser fumar y beber, y hacer algo de ejercicio. Sin embargo, nuevas investigaciones apuntan que, sin entrar en la herencia genética, el riesgo a ciertos tipos de cáncer puede venir determinado antes del nacimiento, por los hábitos alimentarios, sociales o laborales de los progenitores.
En esto es en lo que trabajan investigadores de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, que han mostrado que las crías hembras de ratas machos que habían sido alimentados con una dieta rica en grasas animales tenían un mayor riesgo de cáncer de mama, mientras que una dieta rica en grasas vegetales redujo el riesgo de la descendencia de cáncer de mama, como se detalla en un artículo publicado en 'Breast Cancer Research'.
Uno de los autores del trabajo, Thomas Ong, explica: "Aunque en los últimos años, el interés por el papel de los pades en la salud de sus hijos ha crecido, la información relativa a la influencia de los factores paternos en el riesgo de cáncer de mama de sus hijas es muy limitado. En este estudio, hemos utilizado un modelo de rata para comparar el impacto del consumo de altos niveles de grasa animal o vegetal por los padres antes de la concepción sobre el riesgo de cáncer de mama de sus hijas".
Los investigadores alimentaron 60 ratas macho (tres grupos, 20 ratas por grupo) con una dieta alta en grasa basada en manteca de cerdo o aceite de maíz (60 por ciento de la energía derivada de la grasa) o una dieta de control (16 por ciento de la energía obtenida de las grasas). Entonces, se apareó a las con ratas hembras que habían sido alimentadas con una dieta estándar de laboratorio.
Las crías de las hembras fueron alimentadas con una dieta estándar de laboratorio y se les indujeron tumores de mama a los 50 días de edad. Los investigadores trataron de determinar el tiempo necesario para que los tumores aparecieran (latencia), el número de animales con tumores (incidencia) y el número de tumores por animal (multiplicidad), así como el volumen del tumor, como indicadores de riesgo de cáncer de mama.
LA GRASA CONSUMIDA POR EL PADRE, FACTOR DE RIESGO PARA LA HIJA
Las crías hembras de ratas macho en ambas dietas altas en grasas mostraron reducción en la muerte de las células tumorales en comparación con los controles. Sin embargo, las crías de las ratas macho alimentadas con aceite de maíz mostraron una disminución del crecimiento tumoral en comparación con las crías de las ratas macho que habían sido alimentados con una dieta a base de manteca de cerdo o control.
Las crías de ratas alimentadas con aceite de maíz también presentaban una latencia tumoral más larga -costó más tiempo que los tumores comenzaran a crecer-- y un menor número de tumores en comparación con las crías de ratas macho alimentadas con una dieta a base de manteca de cerdo.
"Debido a que el consumo de altos niveles de grasa se considera malo para la salud, la disminución del riesgo de cáncer de mama en la descendencia femenina de los padres que consumieron aceite de maíz fue sorprendente. La manteca de cerdo contiene altos niveles de grasas saturadas, mientras que el aceite de maíz es rico en grasas poliinsaturadas n-6. Esto sugiere que el tipo de grasa de la dieta consumida por los padres es un factor importante que influye en el riesgo de cáncer de mama de sus hijas", advierte.
Los investigadores también recogieron el esperma de las ratas macho y glándulas mamarias de su descendencia femenina para investigar cambios en el micro ARN y las proteínas de expresión. Los autores mostraron que ambas ratas macho y su descendencia femenina exhibieron cambios en microARNs y proteínas que podrían afectar a procesos que incluyen el crecimiento celular, la supervivencia celular o la muerte celular.
Los hallazgos sugieren que los cambios inducidos por la dieta en las células germinales paternas, incluso antes de la concepción, pueden influir en el riesgo de cáncer de mama de la descendencia femenina, según los investigadores. "Si esto se confirma en estudios humanos, las posibles estrategias de prevención del cáncer de mama podrían desarrollarse centrándose en las dietas de lospadres antes de la concepción", sugiere Ong.
Dado que los padres, madres e hijas a menudo comparten los mismos hábitos de nutrición, se necesita más investigación sobre cómo el consumo de grasas de las madres y sus crías hembra puede afectar al riesgo de cáncer de mama, según los científicos. Como los cambios en los microARNs en roedores machos pueden normalizarse a través del ejercicio y la intervención en la dieta, los investigadores proponen que se estudie también el efecto de intervenciones similares en el riesgo de cáncer de mama de la descendencia femenina.