La diálisis breve puede ser lo mejor para algunos enfermos renales

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Publicado: viernes, 29 septiembre 2023 7:39

MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los pacientes con lesión renal aguda que requieren diálisis ambulatoria tras el alta hospitalaria reciben la misma atención que los que padecen la enfermedad renal terminal más común, según un estudio dirigido por la Universidad de California San Francisco (Estados Unidos) Ahora un estudio apunta que a diálisis breve puede ser lo mejor para algunos de estos pacientes.

Así, los investigaciones señalan que, mientras que los pacientes con este último diagnóstico (típicamente causado por hipertensión o diabetes de larga data) deben permanecer en diálisis de por vida o recibir un nuevo riñón, algunos pacientes en diálisis por lesión renal aguda tienen el potencial de recuperarse, según publican en el 'Journal of the American Society of Nephrology'.

"Para aquellos que tienen el potencial de recuperarse, permanecer en diálisis puede ponerlos en riesgo innecesario de enfermedad cardíaca, infección, daño orgánico y muerte", advierte el primer autor Ian E.

McCoy, de la División de Nefrología de la UCSF.

Menos de una cuarta parte de los pacientes de un centro de diálisis mediano típico sufre una lesión renal aguda.

Puede ser consecuencia de una infección aguda o un shock, que reducen el flujo sanguíneo a los riñones, así como de intervenciones quirúrgicas importantes y agentes quimioterápicos tóxicos para los riñones.

En el estudio, los investigadores hicieron un seguimiento de los datos de 1.754 pacientes con lesión renal aguda y 6.197 pacientes con insuficiencia renal terminal en centros de diálisis ambulatorios.

Aunque las pruebas de laboratorio indicaban que los pacientes con lesión renal aguda necesitaban menos diálisis, los dos grupos recibieron un tratamiento prácticamente idéntico.

Ambos empezaron a recibir diálisis tres veces por semana y la gran mayoría de los pacientes de ambos grupos no se sometieron a pruebas de funcionamiento renal durante el primer mes de tratamiento.

Según los investigadores, el 10% de los pacientes con lesión renal aguda fallecieron durante los tres meses del estudio, probablemente a causa de las enfermedades que motivaron la diálisis.

Del 41% de pacientes que recuperaron la función renal, aproximadamente tres cuartas partes habían interrumpido la diálisis sin cambios en la dosis, frecuencia y duración.

Esto sugiere que estos pacientes podrían haber sido destetados en un momento anterior, señalaron los investigadores.

"Se necesita más investigación sobre estrategias de destete seguras --apunta McCoy--.

Si se retira la diálisis a un paciente demasiado deprisa, puede que le falte el aire o que desarrolle anomalías electrolíticas que aumenten el riesgo de ritmos cardiacos peligrosos".

"Por otra parte, continuar con la diálisis innecesariamente también es arriesgado, ya que los pacientes experimentan altas tasas de cardiopatías, infecciones y mortalidad", añade.

Para los especialistas renales que atienden a pacientes con lesión renal aguda y los proveedores de diálisis que gestionan los centros ambulatorios, existen poderosos desincentivos para deshabituar a los pacientes de la diálisis, subraya McCoy.

"Prescribir beneficia al sistema sanitario, pero no al proveedor de diálisis, que tendrá una silla vacía que no es fácil de ocupar --apunta--.

Al mismo tiempo, los especialistas renales pierden un equipo de apoyo multidisciplinar de enfermeras, dietistas y trabajadores sociales cuando un paciente se recupera lo suficiente como para interrumpir la diálisis".

Aproximadamente la mitad de los pacientes ni murieron ni suspendieron la diálisis al final del estudio.

Para ellos, el futuro parecía incierto, asegura Chi-yuan Hsu, autor principal y jefe de la División de Nefrología de la UCSF.

"Después de unos tres meses de diálisis, casi siempre se les trata como si fueran a seguir en diálisis indefinidamente", añade.

"Parece que los médicos no prestan toda la atención que podrían a la vigilancia de los primeros y sutiles signos de recuperación --alerta--.

Cuando la función renal de alguien está al 30%, es obvio que no necesita diálisis, pero cuando es sutil (del 10% al 15%) requiere habilidad, atención, una cuidadosa discusión con el paciente y la voluntad de asumir cierto riesgo en el proceso de dejar la diálisis".

"Sospechamos que muchos médicos interrumpen la diálisis sólo cuando los signos son cegadoramente obvios", aposilla.

El peor de los casos es el de un paciente que ha recuperado la función renal lo suficiente como para interrumpir la diálisis, pero que sigue sometido a ella.

Según McCoy, las caídas de la tensión arterial debidas a la repetición de la diálisis pueden dañar aún más los vulnerables riñones, haciendo que la función renal descienda por debajo del umbral que se cree necesario para la interrupción del tratamiento.

"El paciente puede tener que someterse a diálisis durante el resto de su vida o acabar necesitando un trasplante, si es que se le administra" concluye.