MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El diagnóstico del trastorno bipolar tarda en realizarse en la práctica clínica hasta diez años desde el inicio de los síntomas, al confundirlos con los del trastorno depresivo mayor, de la ansiedad, esquizofrenia o personalidad, según el jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, el doctor José Manuel Montes.
"Las razones son variadas, incluyendo las dificultades en reconocer síntomas de manía/hipomanía o síntomas mixtos, tanto por los profesionales como por los pacientes, la amplia variedad de formas clínicas posibles, lo que obliga a la realización de un adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, psicosis, ansiedad", ha explicado Montes durante las VIII Jornadas Formativas para Residentes de Psiquiatría, organizadas por Lundbeck España.
Por su parte, el director de la Unidad de Trastorno Bipolar del Instituto de Neurociencias del Hospital Clínic de Barcelona, el doctor Eduard Vieta, ha señalado que el tratamiento integral del paciente con trastorno bipolar se basa en la combinación del tratamiento farmacológico con uno psicoeducativo que permita al paciente llevar una vida normal.
"Somos muy contundentes a la hora de tratar la enfermedad, pero por espacios demasiado cortos de tiempo. Nos iría bien mayor formación y mayor sutileza y continuidad en el manejo de los fármacos. También sufrimos dificultades para integrar los tratamientos psicológicos con lo farmacológicos y problemas derivados de tener dos redes disociadas, una para salud mental y otra para adicciones, cuando muchos pacientes presentan patología dual", ha explicado Vieta.
Hasta el 69 por ciento de los pacientes con trastorno bipolar son diagnosticados incorrectamente, el 70 por ciento de ellos entre una y tres ocasiones, según los resultados de la 2000 National Depressive and Manic-Depressive Association (DMDA) Bipolar Survey.
TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD
Por su parte, el trastorno límite de la personalidad es una patología caracterizada por una intensa inestabilidad afectiva, conductas impulsivas, accesos de ira, autolesiones e inestabilidad marcada en las relaciones interpersonales. Aparece en las edades jóvenes, conlleva una debilidad de la identidad y de la autoimagen.
En este sentido, en palabras del director de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), el doctor José Luis Carrasco, este trastorno produce una severa limitación funcional y conlleva un marcado malestar emocional. "Por lo general se asocia a fracaso escolar o laboral, grave distorsión de las relaciones familiares, abuso de drogas y alto riesgo de suicidio juvenil", ha indicado.
No obstante, este experto ha matizado que no todas las conductas agresivas, impulsivas o disruptivas constituyen un TLP y "uno de los retos principales de la investigación en este área es determinar los límites entre el trastorno límite de la personalidad y las conductas agresivas y antisociales que no se deben a un trastorno".
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la exploración psicopatológica y la historia clínica. El tratamiento fundamental se basa en la psicoterapia intensiva combinada con medicamentos que reduzcan la inestabilidad afectiva y la reactividad emocional, con el fin de mejorar el autocontrol y al desarrollo de la autoidentidad.