MADRID, 12 May. (EDIZIONES) -
El trastorno del espectro autista o TEA, igual que el TDAH y que los trastornos del aprendizaje como la dislexia, no es una condición que sólo tenga lugar en la infancia, sino que son trastornos del neurodesarrollo que se originan en la infancia y muchos de ellos persisten en la edad adulta, que no desaparecen con la edad.
"Hay personas con algunos trastornos del neurodesarrollo que con la edad pueden mejorar, pero hay un grupo muy importante que puede continuar en la vida adulta, como es el caso del TEA", asevera en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus el coordinador del grupo de trabajo en trastornos del neurodesarrollo a lo largo de la vida de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y vicepresidente de esta entidad, el psiquiatra Josep Antoni Ramos Quiroga.
Precisamente charlamos con este experto porque su actividad profesional se ha centrado en el estudio de los trastornos del neurodesarrollo a lo largo de la vida, principalmente en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y los TEA, así como la depresión mayor resistente al tratamiento.
Nos cuenta que ahora se habla más del TEA en adultos porque se tiene una mayor conciencia de que esta condición puede progresar a la edad adulta, y gracias también a que desde 2023 se reconoció en España la especialidad de Psiquiatría de la infancia y la adolescencia, aunque su manejo en muchas ocasiones es multidisciplinar junto con los neuropediatras, según sea el caso.
"Hasta ahora, no había suficientes recursos para atender correctamente a estos adultos, niños del pasado, y muchos se quedaron sin recibir esos diagnósticos en la infancia", apostilla. De hecho, llama la atención sobre el hecho de que España se encuentra todavía muy por debajo de la media europea de psiquiatras y psicólogos por cada 100.000 habitantes.
A su vez, el también jefe del Servicio de Psiquiatría del Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus y profesor titular de psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) sostiene que hay más diagnósticos de casos TEA en la edad adulta porque los criterios diagnósticos anteriores "eran más restrictivos" y ahora esto ha cambiado.
CÓMO SE REALIZA EL DIAGNÓSTICO A LOS ADULTOS CON TEA
Cuenta el doctor Ramos Quiroga que el diagnóstico es clínico, hay que hacer una entrevista a la persona, en la que se evalúa, entre otros parámetros, la intensidad de síntomas de la persona, o se recoge el desarrollo de la persona desde la infancia hasta la edad adulta.
"Se deben valorar también otros síntomas que pueden estar asociados como la depresión o la ansiedad, o el propio TDAH, y si es posible, es muy importante el recoger información de primera mano de los padres del paciente para conocer el desarrollo del ahora adulto", remarca este psiquiatra experto en TEA. A su vez, resalta que hoy en día es posible diagnosticar un 30% de los casos de TEA gracias a las pruebas genéticas.
¿Cómo una persona adulta puede sospechar que quizá padece TEA? Señala el vicepresidente de la SEPSM que, sobre todo en el caso de las mujeres, es en ellas en quienes se suelen enmascarar con más frecuencia los síntomas principales del TEA.
Entre otros, apunta a dificultades en la interacción social, incluso a un sufrimiento por sobreesfuerzo para la interacción social, conductas repetitivas, necesidad de un mayor aislamiento social, intereses muy restrictivos y a bucles, entre otros. "Que un adulto cuente por fin con su diagnóstico de TEA le permite entenderse mejor, no verse diferente o rara, o entender esos síntomas que en el día a día le llevan a una gran dificultad de adaptación y le pueden generar mucha ansiedad y casos de depresión", agrega.
Aunque el jefe del Servicio de Psiquiatría del Vall d'Hebron mantiene que el mejor momento para un diagnóstico del TEA es en la infancia, para hacer cuanto antes las intervenciones que sean necesarias (farmacológicas o psicológicas fundamentalmente) y que "no se complique tanto ese TEA" y "sean mejores esas interacciones sociales, o mejore la comunicación con el entorno".
"Sí es cierto que se ven diagnóstico de TEA en adultos en las consultas. Las redes sociales pueden ayudarnos y las páginas de Internet de las instituciones sanitarias para la difusión e información de estos casos, pero es importante no caer en el simplismo de que sólo por tener unos síntomas esto puede hacer pensar que se tiene TEA. Si alguien disfruta de la soledad no tiene por qué tener TEA. Tiene que darse una dificultad, ser disfuncional", remarca el doctor Ramos Quiroga.
De hecho, llama la atención sobre el hecho de que muchas veces no existe un TEA y en algunas personas puede significar depresión o ansiedad, y en otros sí puede ser autismo; o dice que, por ejemplo, se ha diagnosticado a una mujer con trastorno límite de la personalidad, pero con el paso del tiempo se ha visto que era autismo.
CÓMO SE TRATA EL TEA EN ADULTOS
Con todo ello, preguntamos a este médico especialista en psiquiatría cómo se trata el TEA, qué intervenciones son necesarias, subrayando que como en otras muchas enfermedades el abordaje debe ser personalizado, y se deben estudiar las posibles comorbilidades o trastornos de salud mental que acompañen a esta condición.
"Si queremos tratar los síntomas relacionados con las dificultades en la comprensión y en la comunicación de la persona o de interacción social juega un papel importante el abordaje psicológico, que nos ayude a mejorar la comprensión con el contacto social; aparte de que hay otros síntomas asociados como las obsesiones, el TDAH, o síntomas de ansiedad y de depresión que quizá sí es mejor tratarlos de forma específica por la vía farmacológica. Todo depende de la persona", sostiene este doctor en psiquiatría.
Eso sí, manifiesta este doctor que hay casos tan leves que no requieren de ningún tipo de tratamiento, si bien contar con el diagnóstico en muchas ocasiones les sirve para encajar esas piezas del puzzle de su vida, y permite entender a la persona "por qué le pasan o le cuestan determinadas cosas", y le puede ayudar a mejorar la interacción social con el resto de personas, al mismo tiempo que puede ayudar al entorno a adaptarse a esa condición TEA y a las necesidades de esa persona.
"Si una persona con TEA nos dice que está mejor en un entorno sin ambientes estridentes o sin tanto ruido, esa condición le es más útil un ambiente más calmado. Entender mejor las necesidades de las otra persona", concluye el vicepresidente del SEPSM.