Diagnosticar el autismo con una prueba de olfato

Autismo
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Actualizado: viernes, 3 julio 2015 7:16

   MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Un reto importante del diagnóstico del trastorno del espectro autista (TEA) es que este trastorno neurológico es considerablemente heterogéneo. Los primeros síntomas difieren entre cada niño autista, al igual que la progresión de la enfermedad, por lo que no existe ningún fenotipo clínico uniforme, en parte debido a que las causas subyacentes de diferentes subtipos de autismo son diversas y no se entiende bien.

   Un equipo de investigadores ha descubierto que las personas con trastorno del espectro autista no hacen el ajuste natural de control del flujo de aire ante los distintos olores, buenos o malos, que el resto de la población. Los niños autistas realizan la misma inhalación de la misma manera, sin importar lo agradable u horrible que es el olor.

   Los hallazgos de esta investigación, que se detallan en un artículo publicado este jueves en 'Current Biology', sugieren que pruebas no verbales relacionadas con el olor podrían servir como indicadores tempranos útiles del trastorno del espectro autista. "La diferencia en el patrón de olfato entre los niños con desarrollo típico y los niños con autismo es simplemente abrumadora", afirma Noam Sobel, del Instituto de Ciencia Weizmann, en Israel.

   Pruebas anteriores habían indicado que las personas con autismo tienen deficiencias en "modelos de acción internos", los patrones cerebrales de los que dependen las personas para coordinar a la perfección los sentidos y las acciones, pero no estaba claro si este deterioro se veía en pruebas de la respuesta de aspiración.

   Para averiguarlo, Sobel, junto con Liron Rozenkrantz y sus colegas, presentaron a 18 niños con TEA y 18 niños con desarrollo normal (17 chicos y 1 chica en cada grupo) olores agradables y desagradables y midieron sus respuestas de olfateo. La edad promedio de los niños en el estudio fue de 7 años. Mientras los niños sin TEA ajustaron su forma de oler a los 305 milisegundos de sentir un olor, según los investigadores, los niños con autismo no mostraron dicha respuesta.

SE INVESTIGARÁ EN OTROS TRASTORNOS

   Esa diferencia en la respuesta de olfateo entre los dos grupos de niños fue suficiente para clasificar correctamente cómo los niños con o sin un diagnóstico de TEA el 81 por ciento del tiempo. Por otra parte, los científicos informan que olfatear olores cada vez más desagradables se asoció con síntomas de autismo cada vez más severos, sobre la base de las deficiencias motoras pero no sociales.

   Los resultados sugieren que una prueba de olfato podría ser bastante útil en la clínica, aunque los investigadores enfatizan que su prueba no está todavía lista para ello. "Podemos identificar el autismo y su gravedad con una precisión significativa en menos de diez minutos usando una prueba que es completamente no verbal y no implica ninguna tarea a seguir", explica Sobel.

   "Esto plantea la esperanza de que estos hallazgos podrían formar la base para el desarrollo de una herramienta de diagnóstico que se pueda aplicar muy pronto, tanto como en niños pequeños de sólo unos pocos meses de edad. Tal diagnóstico precoz permitiría una intervención más eficaz", adelanta.

   Los investigadores planean ahora comprobar si el patrón de respuesta a los olores que han observado es específico del autismo o podría darse también en personas con otros trastornos del neurodesarrollo. Además, trabajarán para determinar en qué etpa de la vida podría emplearse este test, además de averiguar "si un impedimento olfativo está en el núcleo del deterioro social en el autismo", según Sobel.

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