MADRID, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
Ser diabético no tiene que suponer tener límites para realizar las actividades que realizan el resto de las personas que no padecen la enfermedad. Cada año son muchos los peregrinos que deciden echarse el macuto a la espalda, calzarse unas botas de montaña y comenzar la ruta y, no por ser diabético hay que perderse esta experiencia.
Ante las posibles inseguridades de los enfermos en afrontar este viaje, la plataforma 'Personas Que' (www.personasque.es) ofrece las claves para que los diabéticos que decidan llevar a cabo esta experiencia lo hagan con la mayor tranquilidad del mundo.
LAS CLAVES
1. Todas las personas deben entrenar antes, diabéticos o no. Sin embargo desde la plataforma recomiendan que salgan a caminar durante una hora diaria en la que los diez primeros minutos sean a ritmo tranquilo y después alternen un minuto a trote y cinco pausados.
2. Antes de comenzar el camino, se debe hacer partícipe al equipo médico para que trace un plan de medicación y nutrición. Así se tendrá una estrategia de inyecciones de insulina basal y la de acción rápida antes de cada comida. Además se sabrá la cantidad de hidratos de carbono que podrás comer.
3. Se tiene que llevar un 25 por ciento extra de insulina y saber que la insulina dura tan solo un mes fuera del frío, por eso es recomendable llevar una nevera pequeña portátil y el kit de glucagón.
4. Los niveles de gluscosa se deben medir antes, durante cada etapa, una vez terminada y unas horas después de haberla acabado. Esto es porque es habitual que con el calor las sensaciones de hipoglucemia se acentúen, sobre todo en climas a los que no se está acostumbrado.
5. La glucosa de emergencia es tan importante como la insulina. Debe ser glucosa de alto índice glucémico, para casos de hipoglucemia y preferiblemente en forma de gel o líquido.
6. Para prevenir hipoglucemias se debe comer algún fruto seco o chocolate cada hora o hora y media y aprovechar para medirse la hipoglucemia. A veces, aunque no se note ningún síntoma es importante que se compruebe porque "el esfuerzo del camino puede disimular la sensación de glucemia durante las etapas".
7. No olvidar que al igual que la mediación tiene que estar en un lugar fresco y seco, no se debe exponer el glucómetro ni la bomba de insulina al sol porque puede dejar de funcionar por las altas temperaturas.
8. Los pies son otro de los puntos fuertes a proteger de los diabéticos durante el camino. Su especial delicadeza necesita de unos calcetines técnicos de montaña, unas botas de media caña o zapatillas de trekking y que no sean muy rígidas, permitiendo doblar la bota, con un dibujo profundo y diverso. Además de ser impermeables y transpirables.
9. También se tienen que incrementar los cuidados higiénicos y de hidratación tanto en las uñas como en los pies. Los pies se deben lavar con agua templada, jabón neutro y usar un antiséptico, además de ser recomendable echarse crema hidratante después de cada etapa, antes de dormir y muy poquito antes de comenzar.
10. Por último, en caso de tener ampollas, no se tiene que quitar la piel, tan solo vaciarla, pudiéndose ayudar de una aguja de insulina estéril.