MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Cuando se trata de diabetes de tipo 1 hablamos de aquella caracterizada por la ausencia de síntesis de insulina.
Actualmente se desconoce la causa de la diabetes de tipo 1 y no se puede prevenir con el conocimiento actual. Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer de forma súbita.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud, que se celebra este jueves y que este año está dedicado a la diabetes, dos nuevos estudios publicados en 'Diabetologia', la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, muestran que la brecha de la esperanza de vida entre las personas que viven con diabetes tipo 1 (DM1) y la población en general en los últimos decenios no ha disminuido.
En el primer estudio, la profesora Dianna Magliano y el doctor Lili Huo, de 'Baker IDI Heart and Diabetes Institute', en Melbourne, Australia, y sus colegas examinaron la esperanza de vida de pacientes diabéticos tipo 1 en Australia entre 1997 y 2010. Identificaron un total de 5.981 muertes en las 902.136 personas-año analizadas.
Durante estos años, los pacientes con diabetes tipo 1 tenían una esperanza de vida al nacer estimada de 68,6 años, es decir, 12,2 años menos que la población general (11,6 años menos para los hombres y 12,5 años menos para las mujeres).
Aunque la esperanza de vida en 2004-2010 mejoró en los pacientes con diabetes tipo 1 en comparación con 1997-2003, también se vieron mejoras muy similares en la población en general, revelando así que la brecha entre los pacientes con diabetes tipo 1 y la población en general no se estaba cerrando durante este periodo.
La muerte a una edad de menos de 60 años representó el 60 por ciento de los años de vida perdidos en los hombres con DM1 y 45 por ciento para las mujeres. La principal contribución a años de vida perdidos (AVP) fue la mortalidad por enfermedades endocrinas y metabólicas a la edad de 10-39 años (hombres, 39-59 por ciento; mujeres, 35-50 por ciento) y de enfermedades del aparato circulatorio a la edad de 40 años y más (hombres, 43 a 75 por ciento; mujeres, 34-75 por ciento).
Los autores dicen: "Como se trata de un estudio de cohorte basado en el registro nacional contemporáneo de la diabetes tipo 1, los resultados son susceptibles de ser aplicables a otros países occidentales similares. El inicio temprano de la diabetes tiende a ser un predictor de la mortalidad prematura. Las muertes por enfermedades del aparato circulatorio y endocrino y la enfermedad metabólica contribuyeron las que más a la mortalidad temprana en la diabetes tipo 1. Para mejorar la esperanza de vida, por lo tanto, debe prestarse mayor atención a ambas".
UNA BRECHA DE MÁS DE DIEZ AÑOS EN LA ESPERANZA DE VIDA
En el segundo estudio, Dennis Petrie, Universidad de Melbourne, en Carlton, Melbourne, Australia, y el profesor Björn Eliasson, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y sus colegas utilizaron los datos del Registro Nacional de Diabetes (NDR) de Suecia vinculados con los registros de defunción para explorar la esperanza de vida de los suecos con DM1.
Se identificaron 27.841 personas mayores de 20 años y mayores en el NDR que vivían con diabetes tipo 1 entre 2002 y 2011, lo que posibilitó un seguimiento de 194.685 personas-años y 2.018 muertes. Para los hombres con diabetes tipo 1, la esperanza de vida restante a los 20 años aumentó significativamente en alrededor de 2 años (de 47,7 a 49,7 en 2002-06 años en 2007-11, mientras para para las mujeres con diabetes tipo 1 no hubo ningún cambio significativo, con una esperanza de vida a los 20 años de 51,7 años en 2002-06 y 51,9 años en 2007-11.
La mortalidad cardiovascular se redujo de forma significativa tanto para los hombres como las mujeres durante el periodo. Para los hombres, también se observó un aumento similar en la esperanza de vida en la población general, lo que demuestra que, al igual que en Australia, la brecha de la esperanza de vida entre los pacientes con DM1 y la población en general no ha cambiado en este periodo de tiempo, manteniéndose en aproximadamente 11 años para los hombres y 12 años para las mujeres.
Los autores concluyen: "Todavía hay mucho camino por recorrer en términos de mejora de la atención para las personas con diabetes tipo 1 con el fin de cerrar la brecha con la población en general. Una proporción significativa ha elevado los niveles de HbA1c y un trabajo reciente sobre la base del NDR sueco reveló grandes diferencias en la mortalidad para los que tienen HbA1c bien controlada frente a mal controlada".
"Además, con un 10 por ciento de hombres y un 13 por ciento de las mujeres con DM1 fumadores actuales todavía en el año 2011, los programas adicionales para dejar de fumar podrían generar nuevas mejoras. Aunque ha habido un gran aumento en el uso de la medicación hipolipemiante, una mayor expansión podría generar beneficios adicionales dado el alto riesgo de enfermedad cardiovascular subyacente de esta población", añaden.
A juicio de estos expertos, convendría realizar más estudios para estimar la esperanza de vida individual específica según las características de un individuo en función de su edad al momento del diagnóstico y los factores de riesgo y los perfiles de comorbilidad. "Esto proporcionaría información útil para un individuo y poder comprender mejor los posibles beneficios de la mejora de su riesgo global", afirman.