MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El síndrome metabólico es una patología que unifica los síntomas de obesidad con alteraciones en la presión arterial, glucosa y lípidos, y es fundamental identificarlo a tiempo ya que permite prevenir afecciones vasculares graves como un infarto o un ictus, según el doctor Ángel Nieto, del Hospital Nisa Pardo de Aravaca (Madrid) .
Por esta razón, se debe actuar ante las señales de alarma de esta enfermedad que comienza con los síntomas de obesidad y afecta a una de cada tres personas en España con una presencia global del 31 por ciento, según el estudio 'DARIOS' realizado en 2012 sobre 25.000 pacientes españoles de entre 35 y 75 años.
Aunque casi tres pacientes diarios acuden al Hospital Nisa Pardo de Aravaca con esta patología, el doctor Nieto ha advertido de que "este perfil de paciente resta importancia a su estado debido a que las alteraciones de presión arterial, glucosa y lípidos no producen síntomas en sus fases iniciales, pero en silencio el problema continúa empeorando su salud".
El síndrome metabólico suele identificarse en la población adulta pero los signos de la enfermedad son cada vez más frecuentes en jóvenes. El 40 por ciento de los jóvenes padece sobrepeso y de cara al futuro tienen un 80 por ciento de posibilidades de padecer alteraciones del colesterol o de la presión arterial.
HÁBITOS
El paciente que sufre este síndrome debe cambiar sus hábitos de vida, sobre todo aquellos relacionados con la dieta y el ejercicio físico.
Desde el hospital, recuerdan que gran parte de la población se encuentra inmersa en largas jornadas laborales que fomentan el sedentarismo y les impide llevar una vida sana, pero todo es cuestión de organización y voluntad.
Respecto a la población joven, se les debe enseñar a comer y mantener hábitos de ejercicio. "En España, contamos con la dieta mediterránea, que es la más indicada para prevenir el riesgo vascular, pero el sistema educativo actual basado en interminables horas de deberes impide a los niños mantener una práctica deportiva", ha añadido.
La dieta adecuada debe estar basada en la pirámide nutricional, rica en verdura, fruta y cereales, junto con aceite de oliva, pescado y, en menor medida, carne. Hay que evitar la comida preparada, 'snacks', dulces y bebidas azucaradas.
El equipo del hospital ha contemplado un trabajo global con cada paciente para mantener los objetivos y que no vuelvan a caer en la obesidad.