MADRID 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de un 5 por ciento de la población mayor de 50 años sufre algún tipo de arritmia en España, de la que la gran mayoría (90%) lo hace a causa de la fibrilación auricular, un problema que puede estar afectando a 650.000 españoles, señalan desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que recuerda que el éxito en la cura de la fibrilación auricular aumenta un 40 por ciento si se detecta precozmente.
En este sentido señalan que "lamentablemente" tan sólo el 20 por ciento de estos enfermos detectan su arritmia y deciden tratarse mientras que ésta es aún paroxística (intermitente) y el defecto predominantemente eléctrico. En este caso, la ablación consigue la supresión total de la arritmia o la mejora notable de los síntomas en el 90 por ciento de los casos.
Durante el encuentro que han mantenido con la American Heart Association (AHA) y la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIC) se ha puesto de manifiesto la necesidad de detectar y tratar la fibrilación auricular, la arritmia más frecuente en España, de manera precoz, cuando es de reciente comienzo y aún no ha afectado a la estructura del corazón, dañando las aurículas y las paredes del miocardio.
"Actualmente, el foco de atención de los especialistas en arritmias se sitúa en la fibrilación auricular que se encuentra en una fase avanzada, pues conocemos mucho menos acerca de este tipo de patología que sobre la fibrilación auricular paroxística, lo que implica que debemos de quemar una zona de tejido más amplia con ablación", explica el doctor Julián Pérez Villacastín, miembro de la SEC y director de la Unidad de Arritmias del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
La fibrilación auricular se origina cuando se pierde el ritmo normal del corazón, que pasa a ser irregular y descoordinado, y se altera la frecuencia cardíaca o velocidad del corazón, es decir, el número de veces que el corazón se contrae por minuto.
Mientras que en condiciones normales el corazón realiza entre 60 y 100 latidos por minuto, en el caso de la fibrilación auricular, las aurículas llegan a latir entre 300 y 450 latidos por minutos, resultando en una aceleración del pulso, que es variable, hasta 150 o 180 latidos por minuto, que es además irregular.
En el encuentro, que ha coincidido con las AHA Scientific Sessions 2011, celebradas del 12 al 16 de noviembre en Orlando (EEUU), han participado como moderadores el doctor Vicente Bertomeu, presidente de la SEC; el doctor Valentín Fuster, representante de la AHA y el doctor Daniel Piñeiro, presidente de la SIC.
RECOMIENDAN MODIFICAR EL ESTILO DE VIDA
Durante la sesión conjunta también han manifestado la necesidad de conocer los factores de riesgo cardiovascular de la población (tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, alteraciones de los lípidos y obesidad) antes de que aparezcan manifestaciones clínicas para poder iniciar estrategias de prevención primaria a tiempo.
En los últimos años, se han desarrollado varias técnicas, básicamente de imagen, como la tomografía computariza o la ecografía, que permiten detectar afectación vascular subclínica.
La miembro de la SEC y coordinadora de la asistencia ambulatoria y encargada de la formación continuada en el Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, la doctora Pilar Mazón ha explicado que, "aunque es evidente que en los próximos años asistiremos a un cambio en el cálculo del riesgo cardiovascular, hasta entonces debemos aprovechar y utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para intentar que no pasen desapercibidos los pacientes que necesitan de nuestra intervención".
En caso de que el paciente ya haya presentado síntomas clínicos cardiovasculares o se conozca una enfermedad silente, recomiendan aplicar medidas de prevención secundaria para evitar nuevas manifestaciones clínicas. Además de un estricto control de los factores de riesgo, serán necesarios algunos fármacos específicos según el territorio vascular afectado e incluso intervenciones de revascularización.
"La asignatura pendiente de los españoles es la modificación del estilo de vida, hacia unos hábitos más saludables. Desgraciadamente, en los últimos años estamos asistiendo a todo lo contrario: aumento de forma alarmante del sedentarismo y de la obesidad, y con ello, la prevalencia de diabetes; también el hábito de fumar se está incrementando en la población más joven", explica Mazón.
"Muchos de los logros de los últimos años por los avances de la medicina se verán contrarrestados si no mejoramos nuestra dieta, hacemos ejercicio físico regular y desde luego, suprimimos por completo el tabaquismo", concluye.