MADRID 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
La detección y la conciencia de la especificidad del Alzheimer en los pacientes que comiencen a sufrir pérdidas de memoria ayuda al progreso de la investigación y al desarrollo de tratamientos más eficaces, según destacaron diversos expertos en el curso organizado por la Fundación Alzheimer en el marco de los Cursos de Verano de El Escorial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), celebrado entre el miércoles 26 y el viernes 28 de julio.
En este sentido, el catedrático de Psiquiatría de la UCM, Juan José López Ibor, destacó que lo importante para diagnosticar el Alzheimer es que los que conviven con el posible paciente "se hayan dado cuenta de que ha perdido memoria sin que él lo haya percibido". Así, recordó que es "una enfermedad específica y no un envejecimiento prematuro del cerebro".
López Ibor recomendó "restar relevancia" a los casos en los que los pacientes tienen una percepción personal de su pérdida de memoria, destacando la necesidad de empezar a vigilar las situaciones en las que "una persona que vive cerca del posible paciente de Alzheimer le dice al médico que pierde memoria y habilidades para realizar tareas habituales".
Por su parte, el profesor emérito de Neurología de la Universidad de París, Christian Derousné, sostuvo en el curso que el paciente de Alzheimer es "una persona, aunque en su relación con el mundo, con si mismo y los demás si que presenta "diferencias", de ahí la importancia de las relaciones del enfermo.
Por un lado, el acercamiento psiquiátrico constata los síntomas patológicos que son "consecuencia directa de la lesiones". El enfermo sufre trastornos afectivos como la apatía, la depresión, la ansiedad y ve modificada sus emociones, por lo que si se produce apatía "disminuye su productividad, su capacidad de iniciativa y se produce una dependencia de otros".
En cambio, si lo que se produce es una depresión aparecen "preocupaciones ansiosas sobre la salud y el futuro", aunque esos trastornos tienen "una frecuencia variable" según las definiciones, el tipo de vida psíquica y relacional que tiene el enfermo a lo largo de la enfermedad, aseguró el profesor Derousné.