MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) en la Universidad Complutense de Madrid, liderados por Elvira Álvarez y Carmen Sanz, han desvelado el papel clave de la proteína PASK en el correcto funcionamiento del hígado en respuesta a los estados de ayuno y alimentación, con el fin de mantener los niveles adecuados de glucosa y lípidos en sangre.
El hígado es el órgano encargado de mantener el equilibrio metabólico en cualquier momento, tanto si existen nutrientes como si no, como ocurre en periodos de ayuno. Las células del organismo demandan continuamente glucosa para su funcionamiento, ya que es la 'comida' que genera energía para las células y, además, el hígado es el principal órgano responsable de mantener siempre cubiertas las necesidades energéticas del resto del organismo.
Esto lo realiza bien produciendo glucosa cuando ésta escasea, almacenándola en forma de glucógeno o produciendo grasa (lípidos) cuando existe un exceso de nutrientes. La generación, almacenamiento o gasto de glucosa y lípidos por el hígado es lo que se denomina "metabolismo hepático".
Para todo ello, existe una coordinación de mecanismos moleculares, en los cuales intervienen sensores de glucosa, proteínas que participan en la síntesis o degradación de glucosa o lípidos, y proteínas que controlan la señalización por insulina, entre otros.
En una investigación publicada en la revista 'Scientific Reports', los investigadores del CIBERDEM observaron, mediante estudios realizados en ratones deficientes en PASK, que esta proteína regula genes y proteínas claves en la detección de glucosa y altera la señalización de insulina, afectando la respuesta a los cambios nutricionales que regulan el metabolismo de glucosa y lípidos.
"En este nuevo estudio hemos utilizado una dieta normal y analizamos en más detalle las rutas metabólicas hepáticas en estado 'normal', la respuesta a periodos de ayuno y qué ocurre tras la realimentación", explica Elvira Álvarez.
De esta forma, PASK estaría controlando el metabolismo hepático y la homeostasis de glucosa y lípidos de todo el organismo. Investigaciones anteriores de este grupo ya habían descrito que el bloqueo de esta proteína podría contribuir a frenar el desarrollo de obesidad, al demostrar que ratones deficientes en la proteína PASK no sólo no desarrollaban obesidad, sino que presentaban mejorada la respuesta a la insulina cuando se les sometía a dietas altas en grasas.