MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con glaucoma "no ven manchas negras", es un mito falso que circula alrededor de esta enfermad, pues los síntomas son visión borrosa, sobre todo, periférica, para pasar a ver visión en túnel (central) y, por último, ceguera, según la doctora María Capote, oftalmóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid.
La especialista ha desmontado otros mitos como que cuando aparecen los síntomas aparece la enfermedad, pues en sus primeras etapas el paciente no nota nada.
En concreto, el motivo de la aparición del glaucoma es que "al inicio no da síntomas y cuando llegan a la consulta lo hacen con glaucomas en estados avanzados, en los que el daño es irreversible", ha explicado.
Cuando esto ocurre, se hace una exploración "exhaustiva y pruebas que nos permiten llegar al diagnóstico del glaucoma. Pero una vez diagnosticado, lo que se ha perdido, no se recupera, sólo se puede evitar mediante tratamientos "que vaya a más", avisa Capote
Así como que una vez contraído, no se puede detener su avance, esto no es cierto ya que con las "nuevas terapias farmacológicas en forma de colirios y la nueva microcirugía del glaucoma pueden controlar la presión intraocular del ojo y detener el avance de la enfermedad".
A su vez, el glaucoma afecta principalmente a personas mayores de 40 años y a aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad, según datos de la Sociedad Española de Glaucoma.
El principal factor de riesgo para el desarrollo del glaucoma es la hipertensión ocular, que produce un daño irreversible en el nervio óptico.
La pérdida de las neuronas que forman este nervio se refleja en una disminución de visión que comienza afectando a la visión más periférica sin que el paciente pueda percibirlo; y si el paciente no se trata a tiempo, este acaba perdiendo la visión central.
¿CÓMO SE TRATA Y SE PREVIENE?
"Lo importante es que el glaucoma se puede prevenir con una revisión anual sencilla en el oftalmólogo. El problema es que los pacientes no tienen interiorizado esta revisión de sus ojos, como sí la tienen para la detección precoz otras patologías", ha añadido la doctora.
A partir de los 40 años una revisión puede prevenir enfermedades como el glaucoma, por lo que "es fundamental no esperar a tener síntomas", recalca Capote.
El tratamiento inicial del glaucoma es la instilación de gotas en los ojos con fármacos que permiten controlar la presión intraocular. En ocasiones, hay que combinar varios colirios para un buen control; pero a veces la intolerancia a los colirios, o para evitar la dependencia de las gotas, se puede optar por la terapia selectiva láser.
Así este procedimiento se realiza en la consulta de forma indolora y segura y puede contribuir a detener el glaucoma o minimizar su impacto.
Aunque, la cirugía para el tratamiento del glaucoma "ha avanzado significativamente en los últimos años"; por ejemplo la microcirugía del glaucoma que se realiza "actualmente permite reducir las complicaciones quirúrgicas y mejorar el postoperatorio, además de poder intervenir con éxito a pacientes que años atrás tenían la enfermedad incontrolada".