MADRID 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Fundación Favaloro en Argentina han descubierto un vínculo entre la arritmia cardiaca más común, la fibrilación auricular, y los accidentes cerebrovasculares que se producen mientras se duerme, que son los de peor pronóstico, según informa en su último número la revista 'Neurology'.
A pesar de ser la forma de arritmia más común, la fibrilación auricular afecta sólo al 1 por ciento de la población, aunque ese riesgo aumenta al 10 por ciento a partir de los 60 años.
En el estudio se hizo un seguimiento de 356 pacientes que habían ingresado en este centro argentino tras haber sufrido un accidente cerebrovascular isquémico, la forma más frecuente de infarto cerebral provocado por una obstrucción en el flujo sanguíneo.
El 11 por ciento de esos pacientes lo había padecido durante la noche o al despertar y, tras monitorizar a todos los pacientes durante 72 horas, los médicos descubrieron que casi el 10 por ciento sufría de fibrilación auricular que no había sido diagnosticada antes del ataque.
Pero la clave del hallazgo, según han explicado los autores a la BBC, fue que ese vínculo entre esta arritmia y los accidentes cerebrovasculares era tres veces más frecuente en los pacientes que habían sufrido el ataque cerebral nocturno.
El director del centro y uno de los autores del estudio, Francisco Klein, ha explicado que este descubrimiento resalta la importancia de detectar y tratar la fibrilación auricular.
Según Sammartino, la mayoría de la gente que sufre de esta arritmia se da cuenta porque genera palpitaciones, pero puede pasar desapercibida, en especial en los mayores.
Por ello, algunas personas tendrán que estar especialmente alertas, como quienes además sufren trastornos respiratorios del sueño como apneas, que ya han sido asociados con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.
El especialista admitió que el estudio es apenas un trabajo preliminar y abre tantas preguntas como las que responde. Por ejemplo, no deja en claro si las arritmias halladas que previamente no habían sido diagnosticadas fueron causa u origen del infarto cerebral, y tampoco establece cuál es la relación entre la fibrilación auricular, los accidentes y los trastornos respiratorios del sueño.
Estas son algunas de las incógnitas que estos médicos buscarán develar en tres nuevas investigaciones que iniciaron a partir del primer trabajo. No obstante, Klein afirmó que este estudio tiene implicancias importantes para quien padeció un ataque cerebral.
"Nos puede ayudar a prevenir un segundo ataque, algo especialmente útil para quienes sufrieron accidentes isquémicos transitorios (AIT), que muchas veces llegan hasta la consulta médica sin síntomas", afirmó.