La ausencia de la polimerasa mi está relacionada
MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
La ausencia de la polimerasa mi (en referencia a la letra del alfabeto griego) ralentiza el envejecimiento del cerebro, según advierte una investigación en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que ha sido publicada en la revista especializada 'PLoS ONE'.
La actividad de ésta, que también es conocida como gen Pol-mi, y la reparación celular "están relacionadas con la capacidad de los ratones de aprender y recordar a edades avanzadas", explican los expertos ahondando en los pormenores de este trabajo. En concreto, los resultados del mismo indican que los ratones carentes de este gen "presentan un aumento de su vida media y mejores condiciones fisiológicas y metabólicas que los ratones control", aseguran.
Además, desde el CSIC confirman que estos animales tienen "mayor capacidad de aprendizaje asociativo a edades avanzadas, así como una mayor potenciación de los circuitos neuronales corticales". Añadido a ello, observan que ofrecen un mecanismo al que se le atribuye "ser el sustrato nervioso de la capacidad de aprender y recordar".
No obstante, durante el análisis realizado también se ha atestiguado que los animales deficientes en este gen "presentan un nivel significativamente reducido de actividad reparadora del material genético", explican los expertos. A esto último, se suma el hecho de que su actividad mitocondrial "es más eficiente", afirman.
Para uno de los autores de esta investigación, el miembro del Instituto de Neurociencias del CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Madrid, el doctor Alfonso Fairén, el envejecimiento del organismo está determinado "por cambios fisiológicos deletéreos, universales, progresivos y fundamentalmente irreversibles, que están asociados a un daño acumulativo en todo tipo de moléculas, células, tejidos y órganos".
A su juicio, aunque no existe un mecanismo exacto que explique el fenómeno en su conjunto, "una consecuencia definitiva del proceso de envejecimiento es el deterioro de las funciones cognitivas". Esa es su conclusión tras finalizar el estudio en el que también han participado especialistas del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares y de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.