MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y el Instituto Broad, en Estados Unidos, han identificado una proteína en la superficie de los glóbulos rojos humanos que sirve como punto de partida esencial para la invasión por el parásito de la malaria. Vieron que la presencia de esta proteína, llamada CD55, era crítica para la capacidad del parásito 'Plasmodium falciparum' de adherirse a la superficie de los glóbulos rojos durante la invasión.
Este descubrimiento, que se publica en la edición digital de este jueves de 'Science', abre una nueva vía prometedora para el desarrollo de terapias para tratar y prevenir la malaria.
"Los parásitos de la malaria 'Plasmodium falciparum' han desarrollado varias moléculas clave para entrar en los glóbulos rojos humanos a través de diferentes receptores de los huéspedes que actúan como puertas. Por lo tanto, si una puerta a los glóbulos rojos se bloquea, el parásito encuentra otra manera de entrar", explica el autor principal, Manoj Duraisingh.
"Hemos identificado un factor esencial de acogida que cuando se elimina se evita que todas las cepas del parásito entren en las células rojas de la sangre", celebra este profesor de Inmunología y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard, cuyo trabajó de cinco años fue una colaboración de los laboratorios de la Escuela de Medicina de Harvard y el Instituto Broad.
El paludismo grave es una de las principales causas de mortalidad de los niños a nivel mundial. Durante la infección, los parásitos invaden y se replican dentro de las células rojas de la sangre. Con la resistencia a los medicamentos contra la malaria en aumento, los investigadores están desesperados por encontrar nuevas formas de prevenir y tratar la enfermedad.
La autor principal, Elizabeth Egan, investigadora en el Departamento de Inmunología y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard e instructora en Pediatría en el Hospital Infantil de Boston, y sus colegas desarrollaron una nueva técnica para aprovechar un área relativamente inexplorad: identificar las características de un glóbulo rojo de acogida que hacen que sea susceptible a los parásitos. Los glóbulos rojos son objetivos difíciles para esos esfuerzos ya que carecen de un núcleo, lo que hace imposible su manipulación genética.
Los investigadores transformaron células madre en células rojas de la sangre, permitiéndoles realizar un cribado genético de los determinantes del huésped de la infección por 'P. Falciparum'. Así, encontraron que los parásitos de la malaria fallaron a la hora de unirse correctamente a la superficie de las células rojas de la sangre que carecían de CD55. Se requiere esta proteína para invadir todas las cepas analizadas del parásito, incluyendo las desarrolladas en un laboratorio, así como las aisladas de los pacientes, por lo que es un candidato principal para la intervención.