MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
En un modelo de ratón de trasplante de hígado, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) de Estados Unidos han identificado proteínas que actúan como "interruptores protectores" que protegen al hígado contra el daño que se produce cuando se restablece el suministro de sangre durante el trasplante, un proceso conocido como lesión por isquemia-reperfusión. Los resultados se publican en la revista revisada por pares 'JCI Insight'.
El hallazgo podría aumentar la disponibilidad de órganos de donantes mediante el uso de terapias moleculares para fortalecer las vías protectoras del hígado. Al reforzar esta protección, órganos que de otro modo se descartarían por estar dañados o en mal estado podrían ser aptos para trasplantes y sumarse a la lista de donantes, subraya Kenneth J. Dery, profesor adjunto de cirugía en la división de trasplante de hígado y páncreas de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA y coautor principal del estudio.
"Uno de los problemas más insolubles en el campo del trasplante de órganos sigue siendo la escasez de donantes de hígado, lo que ha provocado una alta mortalidad de pacientes mientras esperan un trasplante de hígado", apunta Dery. "Esto podría, en última instancia, ayudar a abordar la escasez nacional de trasplantes y a reducir las tasas de mortalidad".
La lesión por isquemia-reperfusión hepática (IRI) ocurre cuando se interrumpe y luego se restablece el suministro de sangre al hígado durante un trasplante. Este cambio repentino provoca una inflamación que daña el órgano.
En investigaciones anteriores, los investigadores describieron el papel de la proteína CEACAM1 en la protección del hígado contra lesiones durante el trasplante. En este nuevo estudio, descubrieron que la CEACAM1 y otra proteína, el Antígeno Humano R (HuR), actúan conjuntamente como interruptores protectores que previenen este daño. Mediante herramientas de ARN, los investigadores descubrieron que podían potenciar estos interruptores, aumentando su efecto protector y reduciendo el estrés dañino en el hígado.
Aunque los investigadores encontraron este efecto en ratones, también encontraron la misma relación protectora entre HuR y CEACAM1 en hígados humanos descartados que se consideraron no aptos para el trasplante. Estos hallazgos apuntan a nuevas formas de hacer que los trasplantes de hígado sean más seguros y exitosos, destaca Dery.
"Muchos hígados de donantes se pierden o fallan poco después de la cirugía debido al daño que se produce cuando se interrumpe y luego se restablece el flujo sanguíneo", argumenta. "Al identificar las proteínas protectoras HuR y CEACAM1 que ayudan al hígado a afrontar este estrés, nuestra investigación podría conducir a tratamientos que mantengan más hígados de donantes sanos. Esto significa que más pacientes podrían recibir trasplantes que les salven la vida, con menos complicaciones y mejores resultados a largo plazo".
El estudio presenta algunas limitaciones. Por ejemplo, los investigadores recomiendan cautela al extrapolar los hallazgos a humanos, ya que la parte experimental de su trabajo se basó únicamente en la eliminación genética de HuR, lo cual podría no ser plenamente aplicable a la fisiología humana.
El siguiente paso es comprobar si los interruptores protectores pueden activarse en hígados humanos antes del trasplante, explica Dery. "Esto significa probar nuestras herramientas en órganos enteros que se mantienen vivos fuera del cuerpo, para ver si podemos fortalecer el hígado y hacerlo más resistente al daño una vez que se restablezca el flujo sanguíneo", concluye.