Conocen mejor una proteína implicada en el origen de esta enfermedad y una región sobre la que se puede actuar para prevenirla
MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una investigación realizada por científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR/Conicet), que se publicará en 'Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America', permitirá disponer, por primera vez, de bases concretas para avanzar en el diseño racional de fármacos y un esquema terapéutico para el tratamiento y prevención del Parkinson.
En concreto, el grupo del doctor Claudio Fernández ha conseguido conocer la forma tridimensional de la proteína implicada en el origen de esta enfermedad (la proteína alfa sinucleina, a-sin), saber cómo se comporta e identificar una región clave en la proteína sobre la cual se puede actuar para prevenir esta enfermedad.
Los trabajos sobre la proteína a-sin y su agregación se realizaron empleando una técnica de espectroscopía denominada resonancia magnética nuclear (RMN), único método de análisis que posibilita conocer la estructura tridimensional de esta proteína, ya que posee características que dificultan su estudio por otras metodologías.
Para llegar a estos resultados, los investigadores estudiaron el origen de enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer, un proceso conocido como amiloidosis, mediante el cual se genera la agregación molecular que genera desórdenes en el funcionamiento cerebral.
La agregación molecular es un mecanismo por el cual ciertas macromoléculas biológicas (proteínas) dejan su estado soluble para agregarse o asociarse entre sí de manera ordenada, originando formaciones insolubles.
La observación de este proceso posibilitó dilucidar la forma tridimensional de la proteína y su identificación en las regiones que son críticas para su agregación molecular, evento que causa la muerte neuronal. Cuando este fenómeno ocurre a nivel cerebral, las formaciones insolubles se depositan en distintas zonas, ocasionando la pérdida progresiva de neuronas y la aparición de la enfermedad.
UNA PROTEÍNA "CLAVE" PARA EL PARKINSON
Las primeras evidencias al respecto surgieron en la última década, fruto del trabajo de científicos de los laboratorios más avanzados del mundo dedicados a genómica y proteómica.
Según el doctor Fernández, los estudios desarrollados en el Instituto Max-Planck de Biofísica y Química de Göttingen, en Alemania, "permitieron esclarecer aspectos fundamentales del mecanismo de agregación molecular de a-sin".
"En primer lugar, se identificó un sitio de la proteína que cumple un rol clave en dicho proceso y a partir de esta información, se pudo diseñar y producir variantes de la proteína incapacitada de formar agregados moleculares", indicó.
En otras palabras, consiguieron inhibir racionalmente el proceso de agregación de la proteína a-sin y mediante la selección de compuestos químicos que, al interaccionar con esa región clave de la proteína, impiden su proceso de agregación, observaron que su uso atenuó significativamente el daño o muerte neuronal causado por a-sin.
Así, los científicos dilucidaron no sólo el mecanismo de acción de estos compuestos, aspecto desconocido hasta la fecha, sino que identificaron la naturaleza de las interacciones que direccionan su efecto inhibidor, un conocimiento clave para avanzar en el diseño racional de fármacos.