MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) y la UMC de Ámsterdam (Holanda) ha hallado una nueva forma de reducir el poder de los tumores que consiste en regular su vascularización a través de un receptor celular que se sobreexpresa específicamente en los vasos sanguíneos del cáncer.
De hecho, al actuar sobre el desarrollo de los vasos sanguíneos dentro del tumor, los científicos esperan modular la vasculatura y administrar los tratamientos con gran precisión e incluso, si es necesario, "cortar la comida" al tumor, como si fuera a cerrar un grifo.
En concreto, los investigadores suizos y holandeses han estudiado los mecanismos subyacentes al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos dentro de los tumores. Al hacer esto, tropezaron con la sobreexpresión del receptor que normalmente sirve como receptor para la insulina, en la vasculatura dentro del tumor. Este hallazgo, publicado en la revista 'British Journal of Cancer', puede allanar el camino para desarrollar un tratamiento específico para el cáncer.
"Desde una pantalla genómica hemos descubierto el papel de este receptor, denominado receptor de insulina (INSR), representado principalmente por la isoforma oncofetal y no metabólica más corta (INSR-A), en el proceso de formación de vasos sanguíneos. Una molécula que se dirige específicamente a este receptor puede permitirnos modular el crecimiento del tumor o incluso bloquearlo por completo", ha dicho la primera autora del estudio, Patrycja Nowak-Sliwinska.
Después de muchos años de investigaciones, los investigadores han podido confirmar este descubrimiento en experimentos 'in vitro' e 'in vivo'. Ahora esperan desarrollar una molécula específica, con la ayuda de un socio industrial.
Ahora bien, una de las fortalezas de esta investigación es su capacidad para atacar con precisión el endotelio del tumor, la capa más interna de los vasos sanguíneos en contacto con la sangre, a la vez que evita las células sanas. Para garantizar esto, los investigadores compararon secciones de tejido sano y enfermo para once tipos diferentes de tumores, como riñón, colon o mama.
"Al intervenir con las células endoteliales y atacar la vascularización de la que son responsables, se evita el ataque frontal al tumor. No actuamos directamente sobre el cáncer, pero encontramos la válvula que regula la vascularización de las células cancerosas", han zanjado los investigadores.