Señalan que el medicamento activa un mecanismo para quemar grasa e incrementar el gasto energético
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), adscritos al Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), ha descubierto el mecanismo por el que un fármaco antidiabético disminuye también el peso corporal al activar la grasa parda.
El trabajo, dirigido por el profesor Rubén Nogueiras y coordinado por el grupo de investigación de Metabolismo Molecular de la USC, demuestra que uno de los medicamentos que se usan habitualmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (liraglutida) actúa en el cerebro de los roedores y activa un mecanismo para quemar grasa e incrementar el gasto energético, disminuyendo así el peso sin que se vea afectada la ingesta de alimentos.
El estudio señala también que los pacientes obesos con diabetes tipo 2 tratados durante un año con una terapia combinada que incluye el mencionado fármaco, presentan un gasto energético más elevado que los pacientes tratados con otras terapias.
El estudio demuestra que el fármaco, un agonista del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP 1) autorizado para el tratamiento de la diabetes 2 desde el año 2009, "es capaz de regular una enzima denominada AMPK en una área específica del hipotálamo, lo que provoca un incremento de la actividad del tejido adiposo pardo", según explican los investigadores.
Este tejido, a diferencia del tejido adiposo blanco, no almacena grasa, sino que es una fuente natural de calor para lo que precisa quemar más grasa. Dado que las calorías se almacenan en forma de grasa en el adiposo blanco, el tejido pardo al incrementar su actividad y quemar esas calorías para producir calor, lo que hace es aumentar el gasto energético causando por tanto pérdida de peso.
Aunque que todos los estudios han sido realizados en roedores, los resultados son clínicamente relevantes ya que pacientes obesos con diabetes tipo 2 y tratados con este fármaco también muestran un incremento del gasto energético similar al observado en los roedores.
COLABORACIÓN
La revista 'Diabetes' publica los resultados del estudio que contó con la financiación del Programa Starting Grant del European Research Council; la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia; el Ministerio de Economía y Competitividad y el Instituto de Salud Carlos III.
Sus resultados forman parte de una colaboración entre la USC, la Clínica Universitaria de Pamplona y la Universidad de Barcelona, que pertenecen al CIBERobn, así como a un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
GRASA BLANCA Y PARDA
A diferencia de la grasa blanca, cuya acumulación resulta perjudicial para la salud, la grasa parda tiene el efecto contrario y recibe su nombre de la alta concentración de mitocondrias (de color marrón oscuro y encargadas de suministrar la energía necesaria para la actividad celular). Su función principal es la termogénesis o capacidad para generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas, lo que permite quemar calorías para mantener la temperatura corporal.
Desde que se demostró que estaba metabólicamente activa en el organismo humano, la grasa parda fue objeto de numerosas investigaciones científicas para combatir la obesidad y enfermedades asociadas con ella. Ahora, según indican los investigadores de la USC, el foco se sitúa en la posibilidad de estimular farmacológicamente o mediante nutrientes la actividad de la también llamada grasa buena o adelgazante.