MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El picor es fácilmente una de las sensaciones más molestas y en enfermedades crónicas de la piel, como el eccema, es un síntoma importante. Aunque proporciona alivio temporal, rascarse solo empeora las cosas porque puede causar daño a la piel, inflamación adicional e incluso más picazón. Investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), han encontrado una manera de detener la picazón con la luz en los ratones, como se detalla en un artículo publicado este lunes en 'Nature Biomedical Engineering'.
Las células nerviosas especializadas que detectan la picazón se encuentran en la superficie superior de la piel. Linda Nocchi, Paul Heppenstall y sus colegas en EMBL Rome, Italia, desarrollaron una sustancia química sensible a la luz que se une solo a esas células. Primero, inyectando el área de la piel afectada de un ratón con el químico y luego iluminándola con luz infrarroja cercana, de forma que las células que detectan el picor se repliegan de la piel. Esto detiene la picazón y permite que la piel sane.
El efecto del tratamiento puede durar varios meses. El tratamiento de la luz no afecta a otros tipos de células nerviosas en su piel, que le hacen sentir sensaciones específicas como dolor, vibración, frío o calor: la piel solo detiene la picazón.
El método funciona bien en ratones con eccema (dermatitis atópica --AD, por sus siglas en inglés--) y una rara enfermedad genética de la piel llamada amiloidosis (amiloidosis cutánea local primaria familiar -- FPLCA, por sus siglas en inglés--), para la cual actualmente no hay cura. "Para mí, la parte más emocionante de este proyecto fue ver las mejoras en la salud de los animales --dice Linda Nocchi, primera autora del artículo e investigadora postdoctoral en el grupo Heppenstall--. Su piel se veía mucho mejor después del tratamiento y se rascaron menos".
RATONES Y HUMANOS COMPARTEN UNA MOLÉCULA IMPLICADA EN LA PICAZÓN
"Esperamos que algún día, nuestro método sea capaz de ayudar a los humanos que sufren una enfermedad como el eccema, que causa picazón crónica", dice Paul Heppenstall, quien dirigió el estudio. Ya se sabe que los ratones y los humanos tienen la misma molécula diana para la terapia de la picazón: una pequeña proteína llamada interleucina 31 (IL-31). Uno de los próximos pasos del equipo será probar la terapia de luz en tejidos humanos.
Anteriormente, el grupo Heppenstall publicó un método para controlar el dolor crónico con luz. "Creemos que el mecanismo que hemos descubierto podría ser un método general para controlar la sensación a través de la piel", dice Heppenstall. "Nuestro objetivo ahora es llevar estas terapias más lejos. Queremos colaborar con socios de la industria para desarrollar terapias para los seres humanos, pero también para la medicina veterinaria, ya que la picazón también es un problema importante en los perros", concluye.