MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio brasileño ha identificado por primera vez la reorganización de estructuras anatómicas en el cerebro de personas con ceguera congénita y ha desvelado por qué los ciegos de nacimiento muestran actividad en las áreas de procesamiento visual del cerebro, según publican en la revista 'Human Brain Mapping'.
Hace algunas décadas, estudios científicos informaron del curioso descubrimiento de que las personas que nacían ciegas podían activar la región del cerebro que procesa la visión, la corteza occipital, cuando realizaban una actividad no visual, como leer en Braille. Estos estudios fueron una prueba más de la llamada plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro de reorganizar sus conexiones para hacer frente a la adversidad. Este proceso puede implicar una serie de modificaciones estructurales, como el desarrollo de nuevas vías neuronales o la reorganización de las conexiones existentes.
"Al poco de nacer, estamos expuestos a estímulos captados por nuestros sentidos, que son fundamentales para determinar los circuitos cerebrales. También es una época en la que nuestro cerebro está en gran transformación. Técnicamente podríamos pensar que la corteza occipital carecería de funciones en las personas que nacen ciegas, pero sabemos que no es así. Está activada. Lo que nos faltaba por entender era el proceso estructural que hay detrás", explica la doctora Fernanda Tovar-Moll, autora correspondiente del estudio actual y presidenta del IDOR, el Instituto D'Or de Investigación y Educación (IDOR).
En la investigación, en la que participaron investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y el Centro de Oftalmología Especializada de Brasil, se utilizaron técnicas de resonancia magnética para analizar la conectividad estructural en el cerebro humano e investigar la posibilidad de conexiones neuronales alternativas. Las imágenes neuronales de 10 individuos con ceguera congénita y lectores de Braille se compararon con un grupo de control de 10 individuos con visión intacta.
Tras un análisis detallado, los científicos observaron cambios estructurales de conectividad en el tálamo, una estructura situada en el diencéfalo, la región central del cerebro que recibe, procesa y distribuye la información captada por los principales sentidos humanos -como la vista, el oído y el tacto- a las distintas regiones cerebrales.
"La plasticidad ha sido el foco de investigación de nuestro grupo desde hace muchos años, y en este caso de plasticidad cross-modal en ciegos congénitos, en el que áreas distantes del cerebro presentan esta comunicación, sospechábamos que el fenómeno se estaría originando en el tálamo, ya que es la estructura cerebral responsable de conectar varias regiones corticales, y podría ser un área que con pocos cambios en el circuito axonal (parte de la neurona responsable de conducir los impulsos eléctricos) sería capaz de conectar cortezas distantes entre sí", comenta la neurocientífica.
La investigación también observó que el área del tálamo dedicada a conectar con el córtex occipital (visión) era más pequeña y débil en los individuos ciegos, dejando espacio a las conexiones con el córtex temporal (audición), que se mostraron reforzadas en comparación con las observadas en individuos sin discapacidad visual. Esto significa que, además de activarse, la corteza visual también se ve invadida por conexiones que afinan otros sentidos, como el oído y el tacto.
Es la primera vez que un estudio describe en humanos un mapeo alternativo en la conectividad del tálamo con las cortezas occipital y temporal, y estas reorganizaciones plásticas pueden ser un mecanismo capaz de explicar cómo los estímulos no visuales alcanzan y activan la corteza visual en personas con ceguera congénita.
"Los estudios de neuroimagen nos permiten navegar por la estructura del cerebro y comprender mejor la diversidad de la plasticidad cerebral, lo que también puede allanar el camino para descubrimientos como nuevas iniciativas de rehabilitación visual", añade la doctora Tovar-Moll. Su grupo de investigación sigue inmerso en otros estudios con ciegos congénitos en los que investigan, además de la estructura, las adaptaciones funcionales de la plasticidad cerebral en esta población.