MADRID 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los tumores previenen activamente la formación de respuestas inmunes por parte de las llamadas células T citotóxicas, que son esenciales en la lucha contra el cáncer. Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) y del hospital Ludwig-Maximilians-Universität München (LMU) en Alemania han descubierto por primera vez cómo sucede esto exactamente.
El estudio publicado en la revista 'Nature' hace unos meses proporciona fundamentos para nuevas inmunoterapias contra el cáncer y podría hacer que los tratamientos existentes sean más efectivos. Asimismo, un segundo artículo en Nature confirma los hallazgos.
En el cáncer, los tumores a menudo perjudican la respuesta inmunitaria del cuerpo. Por ejemplo, pueden evitar que las células inmunitarias perciban las células cancerosas como una amenaza o inactivarlas. Las inmunoterapias tienen como objetivo superar estos mecanismos y estimular el sistema inmunológico, en particular las células T. Sin embargo, estas terapias no funcionan para una gran cantidad de pacientes con cáncer. Investigadores de todo el mundo están buscando las causas y nuevas contraestrategias.
La sustancia mensajera detiene el desarrollo efector de las células T en los tumores. Un equipo dirigido por el doctor Jan Böttcher, líder del grupo de investigación en el Instituto de Inmunología Molecular de la TUM, y el profesor Sebastian Kobold, director adjunto del Departamento de Farmacología Clínica de la LMU Klinikum München, ha descubierto que los tumores utilizan una sustancia mensajera para Influir en las células inmunes en una fase temprana de la respuesta inmune. Muchas células cancerosas muestran una mayor secreción de la sustancia mensajera prostaglandina E2. Los investigadores pudieron demostrar que la prostaglandina E2 se une a EP2 y EP4, dos receptores en la superficie de ciertas células inmunes.
Estas células T, llamadas células madre, migran desde otras áreas del cuerpo hacia el tumor. Si la respuesta inmune tiene éxito, se multiplican en el tumor y se convierten en células T citotóxicas que atacan el cáncer. "Todo este proceso se ve muy limitado cuando los tumores secretan prostaglandina E2 y este factor se une a los receptores EP2 y EP4", afirma Jan Böttcher. "La respuesta de las células T colapsa y el tumor puede progresar". Si los investigadores impidieron la interacción entre la sustancia mensajera y el receptor en modelos tumorales, el sistema inmunológico pudo combatir los tumores de forma eficaz.
"Hemos descubierto un mecanismo que influye en la respuesta inmune del cuerpo en una fase crucial", afirma Jan Böttcher. "Muchos tumores impiden que las células T de tipo madre generen células T citotóxicas en el tumor que podrían atacar el cáncer".
Las inmunoterapias actuales tienen como objetivo evitar que el cáncer desactive las respuestas inmunitarias en una fase posterior. Las terapias con inhibidores de puntos de control, por ejemplo, tienen como objetivo liberar el bloqueo de las células T citotóxicas completamente diferenciadas y "volverlas a activar". Antes de que se produzca el temido agotamiento de las células T, que otros investigadores están tratando de prevenir, también deben estar presentes las células T diferenciadas.
"Los tratamientos actuales probablemente serían más eficaces si se bloquearan los efectos de la prostaglandina E2 sobre las células T de tipo madre para permitir su diferenciación sin obstáculos dentro del tejido tumoral", apunta Sebastian Kobold.
Esto se aplica de manera similar a enfoques recientes que se basan en la proteína IL-2 para estimular las células T. El estudio actual muestra que tan pronto como la prostaglandina E2 se une a los dos receptores, las células T ya no pueden responder a la IL-2. "Sospechamos que incluso las propias señales de IL-2 del cuerpo pueden ser suficientes para que las células T puedan combatir con éxito el cáncer una vez que se han detenido los efectos de la prostaglandina E2", insiste Sebastian Kobold.
Una segunda publicación de investigación en Nature investiga los efectos de la prostaglandina E2 en el sistema inmunológico. Para este estudio, los autores, investigadores del Hospital Universitario de Lausana, colaboraron con el equipo de Munich. En su laboratorio examinaron, entre otras cosas, células T de tejido tumoral humano. Cuando bloquearon la liberación de prostaglandina E2 en el tejido canceroso, las células T mostraron una mejor expansión y, por lo tanto, pudieron combatir las células cancerosas humanas de manera más eficaz.
"Ahora tenemos un punto de partida concreto para mejorar significativamente las inmunoterapias", concluye Jan Böttcher. "Los investigadores de todo el mundo ahora deben desarrollar estrategias para superar la defensa de los tumores. Necesitamos detener los efectos de la prostaglandina E2, ya sea impidiendo que los tumores produzcan la molécula o haciendo que las células inmunes sean resistentes a ella".