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Actualizado: martes, 6 junio 2017 8:35

   MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Investigaciones anteriores han indicado que los adultos cuyos padres se separaron durante la infancia presentan un mayor riesgo de tener una salud más pobre, pero hasta ahora no estaba claro qué contribuía a ello. Un equipo liderado por los psicólogos de 'Carnegie Mellon University' (CMU), en Pittsburg, Pensilvania, Estados Unidos, quería entender mejor si los aspectos específicos del ambiente familiar después de una separación predecían mejor los resultados de salud a largo plazo de los niños.

   Los investigadores descubrieron que los adultos cuyos padres se separaron, pero no hablaron entre ellos durante la infancia de los individuos, tenían tres veces más probabilidades de desarrollar un resfriado cuando se les expuso intencionalmente a un virus del resfriado común que los adultos cuyos padres habían permanecido juntos o separados, pero seguían en contacto.

   "Las experiencias estresantes de la vida temprana hacen algo a nuestra fisiología y procesos inflamatorios que elevan el riesgo de una salud más pobre y enfermedades crónicas", afirma uno de los autores del trabajo, Michael Murphy, investigador postdoctoral de Psicología en el Colegio Dietrich de Humanidades y Ciencias Sociales de CMU. "Este trabajo es un paso adelante en nuestra comprensión de cómo el estrés familiar durante la infancia puede influir en la susceptibilidad del niño a la enfermedad entre 20 y 40 años después", agrega.

   Para el estudio, se puso a 201 adultos sanos en cuarentena, se les expuso experimentalmente a un virus que causa un resfriado común y se les vigiló durante cinco días para ver el desarrollo de una enfermedad respiratoria. Los resultados mostraron que los adultos cuyos padres vivieron separados y nunca hablaron durante su infancia fueron más de tres veces más propensos a desarrollar un resfriado en comparación con los de las familias intactas.

   El aumento del riesgo se debió, en parte, a una mayor inflamación en respuesta a una infección viral. El equipo de investigadores también encontró que las personas cuyos padres estaban separados pero que todavía existía comunicación entre sí no mostraron un incremento en el riesgo en comparación con las familias intactas.

   "Nuestros resultados apuntan al sistema inmune como un importante portador del impacto negativo a largo plazo de los conflictos familiares tempranos --subraya Sheldon Cohen, profesor de Psicología de la Universidad Robert E. Doherty--. También sugieren que todos los divorcios no son iguales, con la comunicación continua entre los padres amortiguando los efectos deletéreos de la separación en las trayectorias de la salud de los niños".

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