MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) ha descrito una señal celular que dificulta la comunicación intercelular y puede ser clave para estrategias biomédicas como la terapia génica, el diseño de vacunas o la inmunoterapia.
En concreto, el estudio que se publica en la revista 'Nature Communications' muestra una señal celular que impide la secreción de unas nanovesículas, llamadas exosomas, que son secretadas al exterior por las células para comunicarse entre ellas. Sin embargo, en ocasiones, pueden ser utilizadas como "Caballos de Troya" por determinados virus para facilitar su propagación y entrada en células vecinas.
Los investigadores explican que la señal, denominada ISGylación, se ha descrito principalmente como una señal antiviral, aunque algunos estudios revelan que también se puede activar ante otros estímulos como la falta de oxígeno, el envejecimiento o el cáncer.
"En dichos contextos la secreción de exosomas y, por tanto, la comunicación entre células, se podría ver afectada como consecuencia de esta modificación", apunta Carolina Villarroya, una de las autoras del estudio.
Por otro lado, los investigadores saben que descifrar los procesos que controlan la secreción de exosomas es fundamental para su aplicación biomédica ya que, según ha añadido Francisco Sánchez-Madrid, que ha dirigido el estudio, "además de actuar como mensajeros en la comunicación intercelular, los exosomas constituyen herramientas potenciales para la terapia génica, vacunas e inmunoterapia". De hecho, existen actualmente numerosos ensayos clínicos para el desarrollo de nuevos tratamientos que utilizan este conocimiento.
En su trabajo describen cómo una señal antiviral activa un protocolo de degradación de proteínas implicadas en la producción de exosomas. Esta señal marca a las proteínas específicas que residen en los endosomas, lugar de formación de los exosomas, de modo que se redirigen hacia la ruta de degradación y se impide la secreción de las nanovesículas.
Sánchez-Madrid destaca que este es un nuevo mecanismo por el cual las células se defienden de una infección activando la degradación de proteínas propias, pero "también podrían ser utilizadas por el agente externo para su propagación".