MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -
Siempre se ha pensado que la aparición de la diabetes tipo 2 podría deberse a variantes genéticas poco comunes. Sin embargo, un estudio internacional que publica la revista 'Nature' nos ofrece una imagen más completa de los genes responsables y muestra como los mayores culpables son alelos comunes compartidos por muchas personas en el mundo.
Asimismo, en este trabajo también han logrado identificar una nueva variante genética específica para los asiáticos del este después de que en este estudio se analizaran los genes de los individuos en cinco grupos étnicos.
Dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, Centro Wellcome Trust de Genética Humana de la Universidad de Oxford, el Instituto Broad del MIT y Harvard y el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, más de 300 científicos de 22 países usaron ADN de 120.000 individuos para identificar los genes y sus variantes que influyen en la enfermedad, que impacta en el 10 por ciento de la población mundial.
"Nuestro estudio nos ha llevado a la comprensión más completa hasta ahora de la arquitectura genética de la diabetes tipo 2", destaca uno de los tres autores principales, Michael Boehnke, profesor de Bioestadística de la Universidad de Cornell, en Nueva York, Estados Unidos, y director del Centro de Estadística Genética en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan. "Con este análisis en profundidad hemos obtenido una imagen más completa de la cantidad y las características de las variantes genéticas que influyen en el riesgo de diabetes tipo 2", añade.
Mediante la colaboración que combina dos proyectos de investigación --GoT2D y DT2-Genes--, los investigadores identificaron más de una docena de regiones genéticas que albergan variantes que influyen en el riesgo de la diabetes tipo 2. La mayoría de ellas eran variantes comunes, que se encuentran en todas las poblaciones humanas, y la mayoría se había detectado anteriormente en otros estudios de asociación del genoma completo.
El equipo identificó una nueva relación entre la diabetes tipo 2 y una variante en el gen PAX4, presente sólo en los individuos del Este de Asia, incluyendo Corea, China y Singapur. También demostró que las variantes en el gen TM6SF2, previamente vinculado a la esteatosis hepática (comúnmente conocida como "hígado graso"), influye en el riesgo de diabetes tipo 2.
Los científicos completaron la secuenciación de todo el genoma de más de 2.600 personas y la secuenciación del exoma de 13.000, complementada con con el genoma o el genotipado de toda la gama del exoma de 111.000 personas. Los exomas son la parte del genoma que codifica las proteínas. Los estudiados incluyeron individuos con orígenes ancestrales en Europa, Sur y Este de Asia, América y África, mientras que en la mayoría de trabajos anteriores habían participado sólo las personas de ascendencia europea.
SE ABREN PROMETEDORAS VÍAS PARA TRATAR LA ENFERMEDAD
"Este estudio pone de relieve los retos a los que nos enfrentamos y las oportunidades que existen para resolver los complejos procesos que subyacen a una enfermedad como la diabetes tipo 2", señala Mark McCarthy, profesor de Medicina Diabética y jefe de grupo del Centro Wellcome Trust para Genética Humana. "En este estudio, hemos sido capaces de poner de relieve, con una precisión sin precedentes, una serie de genes que participan directamente en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Estos representan vías prometedoras para los esfuerzos por diseñar nuevas formas de tratar o prevenir la enfermedad", agrega.
Esta mirada en profundidad a la genética de la diabetes tipo 2 aborda el debate de si las diferencias genéticas que influyen en la predisposición a enfermedades comunes, como la diabetes, son las que se comparten ampliamente dentro de las poblaciones, o si son más propensas a ser eventos raros o únicos únicos, específicos para un individuo y su familia. "Aunque las variantes raras, sin duda, influyen en el riesgo de diabetes tipo 2, nuestros resultados demuestran que las variantes comunes compartidas entre las poblaciones explican la mayor parte del riesgo genético de diabetes tipo 2", dice Boehnke, de la Universidad de Michigan.
La diabetes tipo 2 es una importante amenaza para la salud pública mundial porque las muertes por la enfermedad siguen aumentando rápidamente, junto con sus complicaciones, como ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputaciones. La tipo 2 es la forma más común de diabetes; que consiste en dificulades en la capacidad del cuerpo para regular la glucosa (o azúcar).
Además de sus componentes genéticos, el medio ambiente y el comportamiento también juegan un papel importante en quién contrae la enfermedad, con la obesidad, el estrés excesivo y un estilo de vida inactivo entre los contribuyentes. En combinación con otros factores de riesgo como el tabaquismo, el colesterol alto y la presión arterial elevada, las personas con diabetes tipo 2 presentan un riesgo mucho mayor de enfermedad cardiovascular.
"Para mejorar el tratamiento y prevenir muchas enfermedades, es fundamental tener en cuenta la composición genética de cada persona. La medicina de precisión se basa en entender de manera profunda la arquitectura genética de una enfermedad. Nuestro trabajo proporciona esta información clave para la diabetes tipo 2", resalta el autor Christian Fuchsberger, que trabajó en la investigación con una beca postdoctoral en la UM y ahora está en el Centro de Biomedicina de la Academia Europea de Bolzano, Italia.
"Nuestro estudio nos dice que la mayoría de personas están en riesgo de padecer diabetes tipo 2 debido a cientos o incluso miles de variantes genéticas, normalmente compartidas entre las distintas poblaciones. Aunque esta amplia gama de riesgo genético puede desafiar a nuestros esfuerzos en la medicina de precisión, nuestro consorcio también ofrece conjunto de datos públicamente accesible, sin precedente en su alcance, para los investigadores de todo el mundo con el fin de avanzar en nuestra comprensión molecular de la diabetes tipo 2", concluye el coautor principal Jason Flannick, líder del grupo en el Instituto Broad de Harvard y el MIT e investigador asociado en el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos.